Walden. Henry David Thoreau.

Hoy me gustaría compartir con vosotr@s un libro. Quizá algun@s ya lo conozcáis pero para mi ha sido un gran descubrimiento, tanto del propio libro como de su autor.

De nuevo una serie de coincidencias, sincronicidades o serendipias me llevaron a descubrirlo. En la lectura de «Alexander von Humboldt, La Invención De La Naturaleza» que aprendimos en el Brain Feeling: «Alexander von Humboldt, La Invención De La Naturaleza» pude conocer a Henry David Thoreau, una de las muchas personas a las que Humboldt influenció. En el libro, se mencionaba que Thoreau era autor de «Walden» y creí entender que era una obra fundamental; pero no fui más allá.

Henry David Thoreau

Durante los días posteriores a la lectura del libro de Humboldt me había interesado por la obra de Bertrand Russell, y había decidido comprar uno de sus libros para iniciarme en la obra del filósofo (entre otras muchas cosas). Lamentablemente (o, afortunadamente) no quedaban existencias de ninguna obra de Russell en la librería y fue en ese momento, cuando vi una mesa repleta de obras de Thoreau y en la que destacaba una edición ilustrada de «Walden» que conmemoraba el 200 aniversario del nacimiento de Thoreau (12 de Julio de 1817). Ese nombre («Walden») que ya me había sonado (no se de qué) cuando leí la biografía de Humboldt, se despertó de nuevo en mi cabeza y decidí comprarme el ejemplar.

La descripción de la contraportada de la edición de Errata Naturae menciona que:

En 1845 Thoreau abandona la casa familiar de Concord y se instala en la cabaña que ha construido junto a la laguna de Walden. Pero no se marcha a los bosques para «jugar a la vida», sino para «vivirla intensamente de principio a fin». A partir de esa experiencia escribe uno de los clásicos fundamentales del ensayo moderno. Walden es tanto un experimento literario sin precedentes como un manual para la buena vida: un libro escrito contra toda servidumbre y a favor de la felicidad como única riqueza del ser humano. Walden es una defensa de la vida libre y salvaje, así como una crítica feroz de la sociedad y sus imposiciones, que apenas han variado desde aquella fecha. Walden es un cuestionamiento radical y directo de la institución del trabajo como adocenamiento y del mercado como único dios, así como una lúcida defensa de la simplificación de la vida y del camino que nos lleva a perseguir su esencia y sus placeres cotidianos. Walden es una reflexión sobre la necesidad de preservar tanto la naturaleza y el planeta como el meollo de nuestra propia existencia individual e irreductible. Walden habla de lagunas salvajes y hombres sabios, alces y shakespeares, esclavos huidos y trabajadores sonámbulos, las montañas de Nueva Inglaterra y el Bhagavad Gita, la belleza del fuego hogareño y la Gran Nevada, el silbido devastador del ferrocarril y el recóndito ulular del búho, la erudición de los indios Massasoit y la banalidad de los eruditos de Harvard, la belleza absoluta de la soledad y la importancia inconmensurable de la amistad, el bienestar que exhiben las marmotas y el malestar que aqueja a la mayoría de los seres humanos.»

Portada de «Walden», 200 Aniversario de Errata Naturae

Tengo que admitir que, en principio, no me debería de haber de gustado este ensayo. Pero algo me decía que debía leerlo.

Y os confieso que ha sido una experiencia magnífica. No recuerdo haber estado más tranquilo y relajado leyendo un libro, ni haber reflexionado tanto con él (¿será que me estoy haciendo mayor?). Me transmitió una calma al leerlo que no sabría describir. Una experiencia de lectura inmejorable. Y es sorprendente cómo todo lo que Thoreau nos explica y nos describe se puede aplicar perfectamente casi 200 años después.

Tal y como afirma el propio Thoreau: «Walden es un libro escrito para esa mayoría de hombres que está descontenta con su vida y con los tiempos que le ha tocado vivir, pero que podría mejorarlos. Y también para aquéllos en apariencia ricos, pero que en realidad han acumulado cosas inútiles y no saben muy bien qué hacer con ellas«; una afirmación que aplica perfectamente hoy en día; sino, ¿cuántos de nosotr@s acumulamos cosas inútiles? ¿cuántos de nosotr@s nos sentimos incompletos? ¿cuántos de nostr@s creemos que todo podría mejorar?

Hoy me gustaría aprender más de Thoreau y de Walden. ¿Me acompañáis?

El 9 de Agosto de 1854, Thoreau publicó su matizada y amena explicación de los dos años que pasó, en gran parte solo, en una cabaña cerca de Concord, Massachussets.

El 4 de Julio de 1845 (algunas fuentes afirman que la fecha no fue casualidad, aunque el propio escritor dice que sí), Thoreau se trasladó a una pequeña cabaña cerca de la laguna de Walden, más o menos a 1,5 millas de Concord, su ciudad natal. «Fui a los bosques porque deseaba vivir deliberadamente […] enfrentarme solamente a los hechos esenciales de la vida«

Mapa de Concord (Massachussets), se puede ver en la esquina inferior izquierda la laguna de Walden.

Durante 2 años, 2 meses y 2 días, anduvo, observó, escuchó, escribió y leyó. El resultado de esa experiencia culminó en el libro que le hizo ser uno de los autores Americanos más queridos, y recordado como el primer ecologista del país.

Portada Original de «Walden»

Hay que recalcar que su intención no era la de convertirse en un ermitaño , aunque sí que valoraba la soledad y escribió sobre ello. En ese periodo visitó y recibió visitas, desde las de Ralph Waldo Emerson, propietario de los terrenos dónde estaba la cabaña de Thoreau pasando por muchos otros, como nos explica Thoreau en Walden. Además hizo algunas excursiones al pueblo para visitar a la familia y a los amigos.

La Laguna De Walden

Su síntesis de los dos años de vivir en un un relativo retiro nos ofrece no tan sólo diversas y profundas visiones del mundo natural y del lugar de la humanidad en él, sino, cómo esa relación estaba siendo impactada (y degradada) por la revolución industrial. Estaréis de acuerdo que este criticismo mordaz del exceso de tecnología se ha mantenido hasta nuestros días.

Walden es un libro fantástico, os lo recomiendo de veras, os lo pasaréis muy bien leyéndolo, el estilo sin florituras de Thoreau hace que lo sintamos impactantemente contemporáneo, incluso cuando su análisis de las redes difiera un tanto del nuestro: «Estamos un una gran carrera de construir un telégrafo magnético entre Maine y Tejas, pero puede ser que, Maine y Tejas no tengan nada importante que comunicarse».

En definitiva, la relación de la naturaleza y del hombre, del impacto de uno sobre otro, esta es la característica que destacaría más de Walden, característica no falta de actualidad. Muchas de las cosas que afirmaba Thoreau en 1845, 1846 y 1847 son cosas que podemos trasladar perfectamente a nuestros días. ¿Será que el hombre (como especie) no evoluciona tanto como creemos?

Es importante ver que Thoreau no estaba tan en sincronía con sus días, como parece estarlo con los nuestros. Forma parte de una permanente contracultura Americana, de aquella que predica que nuestras ansias por construir y por comprar cosas no merecen la pena.

En los 9 años que Thoreau escribió y reescribió «Walden«; años en los que batalló por alinear su pasión (o mejor dicho, su obsesión) por la observación de la naturaleza y su amor por la poesía; observaba todo lo que ocurría en el campo, anotándolo todo, desde las especies de plantas hasta sus estaciones de crecimiento. Midió la profundidad de los arroyos y de las lagunas, tomó temperaturas, almacenó muestras prensadas de plantas y siguió la llegada y la marcha de las migraciones de los pájaros.

«Nunca encontré un compañero que fuese tan sociable como la soledad»

 

En un mundo (hablo del occidental) donde nos hacemos resueltamente con el último gadget, necesitamos a nuestro Thoreau, no para parar el avance la de la tecnología (me estaría tirando piedras sobre el tejado, la Ingeniería Informática es mi profesión), sino para recordarnos que la utilicemos bien.

Creedme, porque los he buscado y me he esforzado en verlos, hay muchos huequecitos dentro de nuestra vida y sociedad occidental en los que encontrar una de las máximas de Thoreau: «Simplicidad! Simplicidad! Simplicidad!« ; tan sólo debemos ser igual de resueltos en buscarlos que cuando decidimos hacernos con el último teléfono sin botón de inicio (esa no es la simplicidad de la que habla Thoreau) de precio astronómico (esto sí que nos hará ser mejores ¿no creéis?).

En los años en los que Thoreau redefinía «Walden«, pasó por una gran evolución personal; pasó de ser un poeta trascendental que adoraba la naturaleza a ser uno de los escritores americanos más influyentes. Fue entonces cuando empezó a utilizar su diario como un preciso registro de sus encuentros con el mundo natural, desarrollando una rutina de serio estudio por la mañana y por la noche, adornada con sus observaciones durante el paseo de la tarde.

Diario de Thoreau

Cuando Thoreau afirma que: «Omito lo inusual (huracanes y terremotos) y describo lo común […] Esto es el encanto más maravilloso y es tema verdadero de la poesía«, tiene razón, en Walden, hay descripciones de cosas que, a priori, parecerían aburridas, simples e insulsas, pero no lo son.

Todos los pasajes de Walden, tienen su origen en los diarios de Thoreau, haciendo que nos enganchemos a todos los niveles, desde la gran extensión de la tierra como «poesía viva» hasta las humildes ranas que «croan en el tío», pasando por la alegría de los cánticos de los pájaros que se pueden oír en la temprana primavera.

Esas reflexiones, ordenadas y cronificadas en más de 2.000.000 de palabras se usan hoy en día como referente y como guía y registros del cambio climático.

Este es el caso del equipo de Richard Primack, profesor de Biología de la Universidad de Boston. Primack ha colaborado durante la última década con colegas de Harvard para usar las observaciones de los diarios de Thoreau como base de nuevos estudios sobre el cambio climático.

De 1852 a 1862 Thoreau llevó un exhaustivo y detallado registro de las fechas de florecimiento y de desfloración de cientos de flores, árboles y matorrales del área de Concord, creando tablas de medidas tan meticulosas que el equipo de Primack; después de descifrar la caligrafía de Thoreau y de mapear los nombres con los nombres naturales; ha podido utilizar para llevar a cabo las mismas observaciones hoy en día. Y no sólo con las plantas, sino que también con las temperaturas y otros aspectos naturales.

¿Qué decir sobre el progreso?

Queda claro el papel de Thoreau sobre la naturaleza y la ecología. Pero ¿sobre el progreso? ¿sobre la tecnología?

La tecnología en esos días, tal y como la describe Thoreau era el ferrocarril; haciendo afirmaciones tales: «El ferrocarril monta sobre nosotros«.

La crítica de Thoreau a la tecnología fue bastante mordaz, pero bien pensado, tenía razón. Escribió que: Un hombre es rico, «en proporción al número de cosas que es capaz de abandonar»

También hacia la afirmación anterior (sobre Maine y Tejas) al hablar del ferrocarril y del telégrafo, dos inventos que estaban suplantando al caballos, que durante los últimos 6.000 años habían sido el modo más rápido de transportar personas, bienes e información.

Había una línea de ferrocarril situada a un tercio de milla de la cabaña de Thoreau, podía oír el traqueteo de los trenes, pero estaba convencido que un viaje en tren era un mal trato.

También era sensible a los costes sociales de construir y mantener ferrocarriles, y las condiciones laborales, cada vez peores, de los trabajadores en la Europa y los U.S industrializados; como lo son ahora las condiciones de los trabajadores del Este.

Justo a los años que siguieron a la publicación de Walden, otro personaje, destacable sin duda de ese tiempo, Abraham Lincoln dio una serie de discursos sobre la visión de la tecnología en sus «Discoveries and Inventions» -al final del Brain Feeling las podréis escuchar todas. La visión de Lincoln era un tanto más positiva que la de Thoreau. Lincoln afirmaba que la tecnología no iba a degradar a la humanidad, pero tampoco era una escalera mágica que nos conduce a un mundo mejor en nombre del Progreso.

Walden, en detalle

En esta infografía podemos ver un análisis de «Walden»:

«En 1845 el filósofo y escritor Henry David Thoreau construyó una pequeña cabaña en los bosques de Concord, Massachusetts. Allí vivió solo y autosuficiente durante dos años.

Sus observaciones y reflexiones fueron la base de su libro «Walden», un ensayo, hecho de varios ensayos que ha inspirado generaciones de estudiantes, ecologistas y amantes de la naturaleza.»

  • Naturaleza: «El observar de cerca a la naturaleza es la clave para la mejor educación«
  • Auto-Mejora: «La meditación nos permite elevar nuestras vidas, y entender nuestro lugar en el universo«
  • Confianza: «Vivir independientemente nos permite liberarnos de las expectativas y de las convenciones de la sociedad tradicional«
  • Minimalismo: «Desconectarnos de una visión del mundo materialista y dirigida a objetivos es el camino hacia la felicidad real«


También nos detallan los personajes que aparecen:

  • El Leñador: Alex Therien
  • Henry David Thoreau
  • El Poeta: William Ellery Channing
  • El filósofo: Bronson Alcott
  • La Vieja Inmortalidad: Ralph Waldo Emerson
  • John Field: trabajador iralndés

Así como los detalles de la cabaña y de sus alrededores:

  • 150 pies cuadrados
  • 7 millas de cultivos

Tengo que reconocer que he sentido envidia de la vida tranquila, sin preocupaciones (como las entendemos en el mundo occidental) que llevaba Thoreau. De disponer del tiempo de hacer y de acabar reflexiones.

He decido seguir leyendo a Thoreau, ahora he empezado con su primer libro, cuyo título original es: «A week on the Concord and Merrimack Rivers«, escrito antes que Walden (aunque no vivido) y con título «Musketaquid» nombre de la barca de Thoreau y de su hermano, así como nombre indio del río Concord. Vendió tan sólo algunos cientos de copias. Como el propio Thoreau escribió en su diario «Ahora tengo una biblioteca de casi 900 volúmenes, de los cuales he escrito más de 700«.

Musketaquid

Buen Domingo!! 🙂

Uy!! Casi me olvido 🙂

Abraham Lincoln: Discoveries and Inventions


Este Brain Feeling no es una traducción. Es un trabajo de opiniones personales combinado con diferentes fuentes:

Una respuesta a “Walden. Henry David Thoreau.

Los comentarios están cerrados.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑