Eso es lo que pienso unas 3 o 4 veces al mes.
Para ser honesto, el pensamiento de dejar lo que sea que esté haciendo en mi vida ha estado en mi mente desde que puedo recordar. Cuando estaba en el instituto, quería dejarlo y encontrar un trabajo. Cuando jugaba al baloncesto, quería dejarlo.
Cuando empezaba un negocio, quería dejarlo y tener un trabajo. Cuando tenía un trabajo, quería dejarlo y volver a mis negocios.
Puedo continuar sin parar hasta llegar al presente. Lo se, suena como una crisis existencial que tan solo las personas del primer mundo tienen. Pero no es lo que está ocurriendo.
Nunca me veréis llorar por no haber sido invitado a fiestas o por una batería que se ha acabado.
No importa cuánto quiera lo que hago, los pensamientos de dejarlo y alejarme aparecen en mi mente cada vez que las cosas se ponen difíciles. Y, en el pasado esos pensamientos me han costado alguna más que otra noche de sueño.
Hace un par de años ya tuve bastante. Quise dejar de pensar.
De modo que empecé a ser consciente de mis pensamientos en lugar de actuar en cada único pensamiento que tenía.
«No me controlas», me decía a mi mismo. Pero funciona. Soy más calmado, paciente y feliz por ello. De todos modos, cuando lo quiero dejar, aún lo escucho, ya que a veces es un signo.
Pero lo más seguro es que tan sólo sea miedo. Y rechazo rendirme. Y lo mismo deberías hacer tú.
No Lo Dejes Cuando Se Complica
Se trata de dejar las cosas que no valen la pena. A veces, haces cosas que no contribuyen en absoluto a ningún aspecto de tu vida, ya sean trabajos, clientes o incluso amig@s.
Aún así, estoy en contra de dejarlo cuando las cosas se ponen feas. Y desafortunadamente esa es exactamente la razón por la que la mayoría de nosotr@s lo dejamos.
Mirad, el alcanzar metas nunca ocurre de un modo lineal.
Creemos firmemente que hay una línea recta desde donde estamos nosotros hasta dónde queremos estar. Pongamos que tu meta es empezar un negocio para tener más libertad en tu vida. Esa era la meta del autor del artículo original desde que tenía 17 años.
Aún recuerda como creó esa meta. Empezó a trabajar en diversos trabajos desde que tenía 15 años. Trabajó en cocinas, grandes almacenes y call centers. Rápidamente se dio cuenta que sólo había una persona que sacaba beneficio de todo eso: la de arriba de todo.
Así que, desde ya una edad temprana, se propuso trabajar para él mismo. Pensó que podía empezar a trabajar para él mismo desde el principio. Pero eso no fue lo que ocurrió. En medio del camino trabajó para muchas otras personas. Empezó negocios que fallaron y, aún hoy, no está cerca de donde quiere estar.
Pero entender que la vida no es lineal nos ayuda a cambiar el modo en que pensamos.
Le llevó años desvelar cómo podía trabajar para él mismo con éxito. Por el camino, pensó en dejarlo muchas veces. Ahora se da cuenta que es una cosa buena. Si nunca tienes el sentimiento de dejarlo significa que la vida es demasiado fácil, y que tienes que tomar algún tipo de acción en ella.
Todos juegan duro y pretenden aparentar que pueden gestionar la vida fácilmente. Yo no lo creo. Nadie sabe qué es lo que está haciendo. Tan sólo que algunas personas son mejores a la hora de enfrentarse a sus miedos que otras.
Porque cuando te haces con tus miedos, es cuando las cosas buenas ocurren. Desafortunadamente, no hay nada que pueda decir para hacer que las cosas te sean más fáciles. La vida no es fácil. No importa lo que hagas, es el momento de parar de ver Netflix cada noche y de rebuscar las gangas de Amazon.
No aplaces tu vida. Lleva un tiempo darse cuenta de las cosas. Pero eso no significa que debas dejarlo. Si aún no has alcanzado tus metas, o no has encontrado un modo de tener éxito, no significa que seas un@ perdedor@.
Significa que aún no has encontrado el modo de ganar. Si sigues, descubrirás cómo.
Pero si lo dejas, no lo descubrirás. De modo que no lo dejes.
Buen Domingo!! 🙂
Artículo Original: «I Quit» en Darius Foroux
Debe estar conectado para enviar un comentario.