¿Encuentras difícil abogar por ti mism@? No estás sol@. El rasgo de personalidad que l@s psicólog@s llaman «amabilidad» describe lo motivad@ que estás para llevarte bien con otras personas. Si eres muy amable, corres el riesgo de que esa motivación evite que te ciñas a tus propios intereses. Cada vez que pedimos algo en el trabajo, corremos el riesgo de obtener un «no» y posiblemente de agraviar a la persona a la que se lo pedimos. Como resultado, las personas «amables» dejarán de preguntar en primer lugar.
Esto puede ser un problema ya que las investigaciones sugieren que las personas amables tienden a ganar menos dinero de las que no lo son (incluso teniendo en cuenta que las personas que no son amables pierden sus trabajos más a menudo). Y en los roles de liderazgo, las personas amables no serán tan buenas en conseguir todos los recursos que sus equipos necesitan. De modo que, ¿qué podemos hacer para ser más asertiv@s incluso cuando este no sea un rasgo de nuestra personalidad? Aprendamos hoy algunos consejos.
Para De Dar Rodeos
Cuando tengas cierta preocupación al pedir algo, hay diversos modos de cómo la puedes mostrar. Uno de ellos es el modo en que formulas la petición en sí misma. Rodeos y expresiones como: «Un tipo de», «Una clase» o «técnicamente», pueden llevarse por delante lo que estás intentando decir y hacer que suenes menos confiad@ de lo que necesitas ser para conseguir lo que quieres.
Por ejemplo, cuando le dices a alguien que «más o menos has terminado» con un proyecto, no estas afirmando que lo has acabado, estás en algún lugar de las inmediaciones de terminado.
Estos hábitos lingüísticos pueden colarse silenciosamente en tus preguntas tan fácilmente como pueden llevarse por delante tus afirmaciones. A lo mejor prefijas tus peticiones diciendo cosas como «Me estaba preguntando si podrías…» con la esperanza que aquella frase sea más educada. Como persona amable que eres, puedes pensar que tendrás más posibilidades de conseguir lo que quieres si eres percibid@ como alguien que no impone nada a nadie. Pero puedes estar equivocad@; este lenguaje hace que tu pregunta, que tu petición, no sea importante en absoluto o que no necesita ser atendida.
Formula tus preguntas y peticiones más directamente. «Necesito…» o «Quiero…» te llevarán más lejos. Las personas que toman las decisiones en tu organización no podrán ayudarte a no ser que formules claramente qué es lo que necesitas para poder seguir adelante, y a no ser que expliques el por qué es tan importante. Incluso cuando no puedan darte lo que quieras en ese momento, podrán ayudarte en el futuro.
Trata Tu Petición Como Si Fuese Una Primera Impresión
Las personas están influenciadas no sólo por el contenido de las afirmaciones sino también por la confianza en que se presentan, y exactamente lo mismo ocurre con las peticiones.
Todo lo que hayas aprendido sobre cómo conocer nuevas personas también aplica cuando tengas que pedir alguna cosa. Sabes que debes mirar a la persona a los ojos, mantenerte erguid@, y dar un apretón de manos firme para crear una buena primera impresión. Querrás ser del mismo modo, emocionalmente inteligente, cuando pidas cosas que necesitas, incluyendo a las personas que ya conoces bien y con las que trabajas cada día. Habla claro, establece contacto visual, actúa cómo si de hecho dieses por sentada su cooperación.
Tu amabilidad te puede llevar a tomar una aproximación menos formal, pero debes resistirte a ese impulso del mismo modo que lo harías al encontrarte con personas por primera vez. Es importante proyectar la expectativa de que tu petición debe tomarse en serio, y esa muestra de confianza puede aumentar aún más de que lo sea.
Da Siempre Una Razón
Os sorprenderíais de cuanta gente se olvida de éste punto, pero es crucial el justificar siempre tu petición. No es que debas dar una larga y detallada explicación del por qué estas pidiendo lo que pides, pero sí una frase clara de lo que hay tras esa necesidad o propósito; esa es la clave para sonar asertiv@. La razón ayuda ya que hace cambiar a la persona; la hace pasar de tomar una decisión maniquea a tener que discutir con la razón. A veces, tan sólo el esfuerzo de haber de enfrentarse y de evaluar la razón será suficiente para que las personas estén de acuerdo.
Un estudio, ya clásico, de 1978, llevado a cabo por la psicóloga Ellen Langer analizó este hecho cuando las personas hacían cola para la fotocopiadora de la oficina. Descubrieron que cuando alguien quería colarse (una pregunta de «sí» o «no»), generalmente tenían un «no» por respuesta y debían ponerse a la cola. Pero si daban una razón: «¿Puedo colarme? Necesito hacer algunas copias» las otras personas tendían a dejarles pasar. ¡La razón no podía haber sido más obvia! pero bastaba para que las personas no tuviesen que discutir sobre ella.
Por supuesto que una buena razón (no tan sólo cualquier razón) puede reforzar tu petición. Siempre es útil para l@s demás el entender no solamente qué es lo que queremos sino el por qué lo queremos. El truco es hacer que tu petición sea corta y concisa. Al enrollarte a dar explicaciones de por qué tu petición importa, las personas asumen que lo has planificado demasiado. Por otro lado, si divagas en tus razones, también parecerá que no esté del todo preparada.
Esto son buenas noticias para las personas amables cuyas personalidades tienden a hacerles menos perspicaces al pedir cosas.
Recuerda Que No Hay Nada Malo En Preguntar
Finalmente, no nos olvidemos que las personas que actúan cómo los guardianes de las llaves de los recursos saben que l@s demás les van a pedir cosas. Parte del trabajo de la gestión de un equipo es determinar cómo colocar esos recursos. L@s gestor@s en esos roles ya esperan gestionar esas peticiones; bueno… deberían esperar las peticiones; no es poco común el que se cree que tiene el poder del Universo de los recursos y le sabe mal que se los pidan.
Esto significa que no estás haciendo nada socialmente inapropiado cuando le pides algo a alguien. También implica que, normalmente, no van a enfadarse si deben decirte que «no». Deberíamos pensar, que están haciendo lo mejor para gestionar los recursos de la organización del mejor modo que creen que debe hacerse. En otras, palabras… no es personal (o si . . .).
Si te sirve de ayuda para ser más asertiv@, recuerda que tus jef@s no se sienten mal cuando te piden que hagas cosas. De modo que no deberías sentirte más si lo haces tú. Cualquier organización tiene metas que su equipo debe llevar a cabo. El no preguntar impide que esas metas puedan ser llevadas a cabo. En ese sentido, el aguantarte tu petición es probablemente la cosa menos amable que puedas hacer.
¿Eres Asertiv@?
En esta infografía podremos autoevaluar nuestro nivel de asertividad:
Agree? 😉
Buen Martes!! 🙂
Artículo Original: «How To Be More Assertive At Work When That’s Just Not Your Personality» en Fast Company
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