Cómo el modo en que juzgas a los demás se convierte en el modo en que te juzgas a ti mism@

Hola!! Hoy, ¿qué os parece si nos enfrentamos a un tema un tanto incómodo? Aún así creo que es interesante aprender si lo que reza el título de este Brain Feeling nos aplica o no. Vamos al lío.

Si tienes miedo de ser juzgad@, probablemente es porque estés juzgando a l@s demás.

Si tienes miedo de convertirte en un@ fracasad@, probablemente se deba a que que menosprecias los logros de l@s demás.

Si tienes miedo de no gustar, probablemente sea porque estás buscando lo peor en l@s demás para sentirte mejor.

Cuando experimentamos una autoestima baja, nuestra visión del mundo se convierte en una visión de una única dimensión, y nuestras propias películas y melodramas toman todo el protagonismo. Tan solo percibimos como se nos trata en contraposición a reconocer la relación entre cómo tratamos al mundo y cómo el mundo nos contesta.

Tendemos a pensar que nuestra autoestima depende de cómo el mundo nos trata a nostr@s.

Nos reafirmamos nosotr@s mismos en niveles equivalente a los mismos en los que otr@s lo han hecho sobre nosotr@s; nos queremos a nosotr@s mismos en el mismo grado en que nos han querido; creemos que la suma de lo que somos es lo que se ha dicho de nosotr@s y lo que nos han dicho a nosotr@s; asumimos que tenemos el éxito que el mundo percibe que debemos tener, tan guap@s como l@s demás piensan que somos, tan buenos como se nos ha dicho que somos.

Pero, lo contrario es verdad. Cómo tratamos el mundo (qué decimos de l@s demás, qué es lo que consideramos que es tener éxito, qué es lo que juzgamos y qué condenamos) tiene mucho más impacto en nuestra imagen que lo que otr@s puedan decir de nosotr@s.

El modo en que respondemos a l@s demás se convierte en la cadena kármica definitiva. No podemos ofrecer más gracia de la que se nos ha dado.

Cuando nuestra manera de pensar trata de descifrar los modos en que aquell@s a nuestro alrededor son inferiores o no lo están haciendo tan bien cómo parece (con el objetivo de ayudarnos a nosotr@s mism@s a sentirnos como que no estamos quedándonos atrás) estamos invalidando tanto sus elecciones vitales como las nuestras propias.

Si juzgamos la ropa que un@ amigo lleva, estamos estableciendo un estándar en el que debemos vestir mejor que ell@s para ser lo suficientemente buen@s.

Si juzgamos el trabajo que otr@s tienen, estamos estableciendo un estándar en el que debemos superarlos para ser lo suficientemente buen@s.

Si juzgamos a alguien por su apariencia, estamos estableciendo un estándar en el que nos obligamos a tener mejor apariencia que ell@s para ser lo suficientemente buen@s.

Esto sigue y sigue, durante años, hasta que acabamos sintiéndonos fracasos totales, absolutos y completos , ya que no hay modo alguno con el que podamos convivir con estas expectativas imposibles.

Me voy a quedar pensando en esto, ¿y vosotr@s?

Buen Sábado!! 🙂


Artículo Original: «How You Judge Others Becomes The Way You Judge Yourself» en Human Parts

Los comentarios están cerrados.

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: