No Es Lo Que Conoces, Es Lo Que Haces Con Lo Que Conoces. El Conocimiento Como Una Acción y No Como Una Cosa.

¡¡Hola Brain Feelers!! Este es el primer Brain Feeling de 2019. Es uno de los artículos que más he aprendido escribiendo y que más me han gustado. Aprenderemos la importancia de dejar de tratar el conocimiento como una cosa (caduca con el tiempo) y tratarla como un proceso en sí (siempre renovándose).

¿Me acompañáis?


Si aprendes una cosa por primera vez, ¿hace que seas un@ expert@?

O, ¿tienes que ser un@ expert@ en esa materia?

O, a lo mejor, algo cerca del medio.

El problema al tratar el conocimiento como algo concreto (como un nombre) es una aproximación que sugiere que hay un punto específico en el que lo que sabes se convierte en verdad absoluta. En realidad, el conocimiento existe como un barómetro, cambia en función de con quién estemos hablando.

Para remediar el problema de asumir que el conocimiento es definitivo, tenemos que ser capaces de medir la calidad de información que poseemos; ya que el saber más sobre alguna materia no implica necesariamente que estemos en lo correcto.

Para evaluar la calidad de la información y cómo la obtenemos, tenemos que utilizar el Capital Atencional (AC), una medida que se usa para calcular cómo llegamos a un punto de conocimiento.

Tener un AC alto implica que has obtenido tu información a través de investigación concreta y objetiva, que has probado tus hallazgos con otras personas y que estás abiert@ a cambiar tu posición si te presentan las evidencias suficientes para hacerlo.

Tener un AC bajo significa que crees reactivamente en cualquier cosa que cruza ante ti, que rechazas el diálogo con l@s demás sobre tus creencias y que te mantienes en tus creencias de un modo dogmático y tribal.

Si nuestro nivel de entendimiento fuese una medida en un eje horizontal (yendo de 0 a expert@), el AC sería el eje vertical que mida la calidad de la información que tenemos.

Bajo este punto de vista, ¿dónde reside el «conocimiento» en sí mismo? Para poder sacarlo claro, dividámoslo en 4 cuadrantes distintos.

Con un alto AC y un alto nivel de entendimiento, el cuadrante 1 debería de ser donde residen la mayoría de nuestras perspectivas en la vida. En este cuadrante, no solo tenemos una comprensión sólida de lo que sabemos, sino que esa comprensión está construida y fundamentada sobre una investigación objetiva y un diálogo solícito.

También es importante que recordemos que no porque hayamos alcanzado el cuadrante 1 en una área de conocimiento signifique que vamos a estar en ese estado permanentemente.

Tenemos que estar siempre aprendiendo y reevaluando. De hecho, es muy saludable que estemos en cualquiera de los otros cuadrantes en algún momento determinado.

Por ejemplo, si a un@ científic@ intelectualmente honest@ se le presenta una clara prueba que contradice todo lo que conocía previamente, se verá en el cuandrante 2, donde su AC es alto (ya que aún está comprometid@ a descubrir la verdad diligentemente), pero su nivel de entendimiento ha decaído drásticamente (ya que todas las conclusiones a las que había llegado han sido refutadas).

Desafortunadamente, no todas las personas están dispuestas a que su visión del mundo sea errónea.

Las personas que una vez fueron abiertas y objetivas en sus opiniones empezarán a solidificar sus creencias en un muro impenetrable, cerrándose a sí mism@s a un mundo de información que cambia continuamente. Su nivel de entendimiento en una materia concreta podrá ser alto, pero su AC es bajo porque rechazan cualquier prueba objetiva y solo confían en opiniones que se alinean con las suyas.

En el contexto de nuestro gráfico, este comportamiento representa una caída precipitada en el cuadrante 4, donde las paredes de una cámara de eco están esperando su llegada.

Lo cierto es que ningun@ de nosotr@s es inmune a moverse entre estos cuadrantes. Y, dado que estamos en el flujo continuo de muchas cosas, no es posible para el conocimiento el residir en un único punto de este gráfico.

De hecho el conocimiento es el proceso que usamos para movernos hacia el cuandrante 1. Aún más, una vez llegues al cuadrante 1, el conocimiento incluye la firme determinación de permanecer allí el más tiempo posible.

Cuando el conocimiento se convierte en un proceso (un verbo en lugar de un nombre concreto) nuestra vista del mundo cambia. Somos plenamente conscientes de en qué cuadrante estamos en un momento dado y podemos llevar a cabo un esfuerzo consciente para movernos a un lugar con mayor calidad de atención.

Somos conscientes de los momentos en los que demostramos un comportamiento AC bajo, como creer en las redes sociales para crear nuestras opiniones (Q3) o rechazar el establecer conversaciones con alguien con quien estamos en desacuerdo (Q4). Podemos añadir humildad en nuestro proceso al admitir que no sabemos demasiado sobre algo, pero estar comprometid@s a ser honest@s intelectualmente en nuestra búsqueda de aprender más (Q2).

De modo que, ¿cómo nos abrimos camino hacia el cuadrante 1?

El camino que aprenderemos hoy no es el único, pero es un marco de tabajo que al autor del artículo original le ha funcionado bastante bien.

Hay un ciclo continuo de 4 estadios que nos conduce inevitablemente hacia el cuadrante 1.

Este es el proceso de 4 estadios para solidificar lo que sabemos y mejorar la calidad de las opiniones e información que tenemos.

Debemos tener claro que, junto con el cumplimiento riguroso de este ciclo, debemos saber qué lo estamos haciendo todo lo que podemos para ser intelectualmente honest@s en nuestra escalada al cuadrante 1.

¿Qué es lo que significa cada cuadrante? ¿Cómo funciona este ciclo?

Dividámoslos y exploremos los detalles.

Los 4 Estadios Del Conocimiento

Empezaremos con el primero: ser consciente.

1.Mejora la calidad de tu consciencia para encontrar las mejores semillas

Imaginemos que la información es como semillas (pequeños núcleos de ideas, noticias o intereses que podemos germinar en algo mejor si tendemos a ellas).

Estas semillas están contenidas en cápsulas que flotan sobre nosotr@s cada día, cada una representando las diferentes fuentes de información con las que estamos en contacto constantemente.

Son cápsulas de información pero pueden tener diversas formas: podcasts y blogs; redes sociales y noticias, conversaciones con mentores, amigos o familia.

En el transcurso de nuestro día, semana o mes, estas cápsulas se abren y empiezan a lanzar las semillas alrededor de ti y de tu campo de consciencia.

Cuando todas estas semillas te rodean, es muy difícil encontrar en ellas las mejores ideas. Ayuda el priorizarlas en función de quién las haya lanzado. Podemos estar super inspirad@s después de tener una magnífica conversación con alguien, ya que lo que hemos hablado está hecho especialmente a medida para nuestros intereses compartidos.

Si le comento a un mentor alguna cosa con la que estoy batallando y me da una idea, esa semilla tendrá muchas más posibilidades de germinar que esa recomendación de Facebook. Al contrario, un tweet bien hecho de alguien a quien respeto pero que no conozco personalmente será una semilla mucho más sana que la que venga de un@ familiar que predique los beneficios de un trabajo en el que no tengo interés alguno.

Usando estas experiencias como barómetro, quiero ajustar las puertas de mis cápsulas de información de modo que tan sólo me lleguen las semillas de calidad. Algunas puertas las dejo completamente abiertas.

Otras las cierro…

Y otras las dejo entornadas…

Con las puertas correctas abiertas y las malas cerradas, se crea un cuello de botella de información, incrementando la probabilidad que una buena semilla me impacte y previniendo que la mayoría de las malas me impidan ver la luz del día.

Cuando tenemos más control sobre la información que recibimos, mejoramos la calidad de nuestra consciencia. Somos más receptiv@s a las buenas ideas, y moderamos el impulso de actuar prematuramente sobre las no tan buenas.

Esta es la diferencia entre hacer crecer una semilla basada en información que viene del miedo, de la avaricia y del odio; a hacer crecer una semilla diseminada por la lógica, la razón y la intención.

2.Cultiva la curiosidad para hacer brotar y fortalecer tus raíces

Como Einstein dijo:

«Lo importante es no parar de cuestionar. La curiosidad tiene su propia razón de existir».

Una vez escogemos las semillas que queremos hacer crecer, las regamos con La Super Fuerza de la Vida. El Sultán de Todo lo Bueno. La inspiración. Nuestra mejor aliada; la curiosidad.

La curiosidad es la fuerza vital triangular que nos propulsa hacia el crecimiento intelectual. Es es suelo en el que plantamos nuestras semillas, el agua que las hace brotar y las raíces que actúan como fundamento para su crecimiento sostenido.

Puedes tener un nivel increíble de consciencia para una buena semilla, pero no tendrá ni la más mínima oportunidad de florecer si no haces ninguna pregunta. Por ejemplo, puedes saber el valor de la meditación si oyes hablar a alguien sobre eso, pero ese valor muere si tienes una inclinación cero a probarla. Las ideas tan solo se perpetúan cuando tenemos intención de indagar en ellas.

Hay una creencia común equivocada que dice que si compramos muchos libros, se construyen más escuelas, se contratan más profesor@s y las cabezas se llenan com más hechos y que, por lo tanto, eso es la solución definitiva de los sistemas de educación. De nuevo esto se basa en la falacia de tratar el conocimiento como su fuese un nombre.

Grandes cantidades de información (o lo que tradicionalmente concebimos como ‘conocimiento’) y las venidas de impartirlo, se convertirá en yermos intelectuales si no los cultivamos con la curiosidad.

Para un@ estudiante de instituto, creer que la historia es aburrida como es tan normal como ver una espinilla en la cara de un adolescente. Pero a veces pienso que es una pena oír que un@ estudiante afirma que la historia es tediosa. Esa tristeza, en mayor parte, sale porque tuve un fantástico profesor de historia en el instituto. Me hizo ver la historia como una asignatura increíblemente apasionante. Era capaz de encender la curiosidad en una asignatura que l@s estudiantes típicamente pensaban que era una mierda.

Es bastante raro que la materia en sí sea inaccesible. Si quieres profundizar más en algún tema, es que ya eres curios@ de clase o que los guardianes de esa materia (profesor@s, figuras públicas, etc.) han hecho una gran labor de cultivar una cultura de cuestionar.

Una vez la condición de la curiosidad está satisfecha, podemos empezar el proceso de hacer crecer el árbol.

3.Extrae Información Diligentemente y Construye Un Conjunto de Habilidades para Hacer Crecer Tu Árbol

Albert Einstein continuó diciendo:

«No podemos evitar asombrarnos al contemplar los misterios de la eternidad, o de la vida, de la maravillosa estructura de la realidad. Hay suficiente si cada un@ de nosotr@s intenta comprender un poco más este misterio cada día».

En el emprendimiento, hay un dicho que afirma que una gran idea no vale nada sin ejecutarla. Aunque pueda sonar como una frase de un inversor al ser condescendiente cuando alguien expresa una idea, hay un poco de mérito y verdad en esta (irritante) frase.

Del mismo modo que «una gran idea no tiene ningún valor sin ejecución», la curiosidad no dará fruto sin diligencia. Una vez que tengamos curiosidad sobre alguna cosa, tenemos que empezar a investigar, aprender y a extraer información relevante que nos ayudará a llegar al fondo de nuestras preguntas.

Este es el único modo de continuar el proceso del conocimiento; sin diligencia, la curiosidad se convertirá en un estorbo para una mente clara. Si tu proceso se para en la curiosidad, serás un@ etern@ cadete espacial, en un estado constante de admiración del mundo pero sin tener espacio para el conocimiento real.

Es esta la verdadera razón por la que Albert Einstein termina sus pensamientos sobre la curiosidad con esta frase:

«Es suficiente que un@ intente comprender un poco de este misterio cada día»

No quiere decir que estemos en un estado de admiración perpetuo, boquiabiert@s, reflexionando sobre el sentido de la vida cada día. No, incluso si va más allá de reino de nuestro entendimiento, tenemos que seguir probando eliminar tantas capas del misterio como nos sea posible.

Tenemos que entrar en la Mina de las Respuestas Potenciales, con la Curiosidad como mapa y la Diligencia como pico, para extraer incansablemente la información que necesitamos para satisfacer nuestras preguntas.

Y, al acabar el día, la información extraída se recolecta, se procesa y se canaliza como nutrientes hacia las raíces de lo que era nuestra semilla. Estas raíces después crecen para convertirse en el fundamento de lo que será el tronco de nuestro árbol.

A medida que las preguntas van encontrando sus respuestas, van a aparecer mejores preguntas que tomarán el relevo de las primeras, así aumentará la calidad de nuestra curiosidad.

Por ejemplo, las personas que tienen su primer contacto con Bitcoin podrían preguntar: «¿Qué es bitcoin y qué tiene de especial?«, una pregunta que millones de personas nos hemos hecho en algún momento. Pero si pasamos un poco de tiempo y nos esforzamos estudiándola, el punto de curiosidad evolucionará hacia preguntas como: «¿Cómo solucionamos el problema de las emisiones de carbono generadas por bitcoin dado el poder computacional necesario para minarla y hacerla crecer?«, una pregunta que mucha menos gente se hace pero que es mucho más relevante para la viabilidad de esa tecnología.

A medida que saciamos nuestra curiosidad mediante una investigación diligente, nuestra búsqueda de sacar más capas de ese misterio se vuelve aún más incisiva con una curiosidad más fuerte. Un ciclo bello, un ciclo que se retroalimenta y que construye el estadio final del conocimiento.

4.Produce y Distribuye Semillas de tu Propia Cosecha para Reiterar lo que tu (piensas) que sabes

Como usamos la curiosidad como pilar de nuestra gesta de construir nuestro árbol, nos vamos a encontrar (inevitablemente) con asunciones de lo que hemos recopilado. Nuestra intuición es una fuerza poderosa que nos permite descifrar si lo que leemos, oímos o vemos puede ser verdad o ser correcto, pero también debemos tener en cuenta que nos puede distraer de nuestro camino.

Para probar y diseminar la calidad de lo que sabemos, tenemos 2 opciones:

  • Hablar de nuestros hallazgos con aquell@s a los que respetamos para tener feedback y asegurar la integridad.
  • Compartir lo que sabemos con los demás en forma de educación.

Hablar de ello nos da espacio para conocer nuestras ideas sobre el árbol que estamos construyendo. Tu árbol ha crecido hasta un punto en el que puede producir sus propias semillas, y estas semillas han sido cultivadas cuidadosamente mediante la investigación, la experiencia y la aplicación. Antes de compartirla con l@s demás, es importante tener un poco de feedback. Muestra esa semilla a aquell@s a los que respetas, de modo que tus ideas y hallazgos permanezcan intelectualmente honestas.

El diálogo y un intercambio sincero de ideas son el mejor modo de refinar bien y probar nuestras asunciones, lo que incrementará la probabilidad de que tu propia semilla germine en el árbol de alguien más.

Distribuir lo que conocemos (o el proceso de la educación) es el siguiente paso (divertido y profundamente atractivo) pero también el que más nos asusta. Es el momento en el que construimos nuestra propia cápsula de información; el mismo tipo de cápsula de información que nos dio la semilla inicial para empezar el crecimiento de nuestro conocimiento.

Nuestra cápsula nos permitirá distribuir nuestras semillas al público en general, pero para hacerlo bien requiere un montón de creatividad.

¿Qué estrategia seguirás para distribuir lo que conoces? ¿Cómo contagiarás a los demás con la excitación que sentiste mientras pasabas por los primeros 3 estadios del conocimiento? ¿Por qué no crear un podcast? ¿Por qué no crear un artículo en un Blog 🤪? También puedes formular tus hallazgos de modo que los puedas introducir en cualquier conversación.

La posibilidades son infinitas, pero también muy divertidas de llevar a cabo.

En el lado opuesto, este paso nos asusta ya que, como todas las cosas que cultivamos y creamos, nuestras cápsulas pueden fallar de un modo miserable. Pueden cascar violentamente si las semillas que contiene son malas o si la cápsula en sí misma no está bien construida.

Un modo de evitar la avería es mediante la confianza, el combustible de cada cápsula de información que hay por el mundo. Si distribuyes semillas de desinformación o malicia a las personas, nunca más vas a tener su confianza, y la cápsula que has construido se precipitará inevitablemente hacia el suelo.

Esta es la razón por la que es importante el llevar a cabo todos los pasos anteriores (mantener la curiosidad, investigar, hablar con l@s demás) para salvaguardarnos de la desinformación y asegurarnos que estamos distribuyendo una semilla de alta calidad.

Sobretodo RECUERDA que, lo que en un momento fue una semilla de alta calidad no tiene porque serlo para siempre. Una semilla debe reflejar lo que conoces como cierto, pero otras opiniones, refutaciones y teorías pueden empujarnos a replantearnos nuestras conclusiones. De aquí el dicho: «enseñar es el mejor modo de aprender«.

Las semillas que disperses en el estadio 4, se convertirán en nuevas semillas de consciencia para el estadio 1 de alguien más.

Tu semilla empieza su recipiente de su propio proceso de conocimiento, completando cada uno de los 4 estadios.

Las conclusiones a las que el receptor@ llegue en este viaje tendrán, si son lo suficientemente buenas, el potencial de encender tu nuevo estadio 1.

Esta aproximación iterativa al conocimiento es la base para el descubrimiento y la búsqueda científica, artística y emprendedora. Hay un ciclo constante de construcción, destrucción, revisión y reintroducción que se perpetua mediante la curiosidad y la educación. Con este proceso, ponemos a prueba continuamente nuestras asunciones, construimos sobre lo que sabemos, y desenterramos un poco más del misterio.

Este ciclo es lo que significa el conocimiento (como verbo). Es el movimiento constante de la consciencia a la curiosidad, a la diligencia a la distribución y de vuelta a la consciencia donde el ciclo empieza de nuevo.

El Conocimiento no es una cosa que se adquiere rigurosamente. Es una acción que debemos practicar consistentemente.

La Sabiduría Reside Entre El Nombre y El Verbo

La adquisición de hábitos aprendidos, técnicas e información es inútil sin sabiduría. Ganar sabiduría significa mucho más que mejorar nuestra habilidad para retener información.

La sabiduría es la combinación de estas 6 búsquedas:

  • Descubrir cosas nuevas
  • Aprender más sobre esas cosas
  • Usar esas cosas para mejorar el trato de un@ mism@ y de l@s demás
  • Ser honest@ sobre lo que se conoce
  • Ser honest@ sobre lo que NO se conoce
  • Establecer confianza haciendo lo que es correcto

La sabiduría es lo que reside entre la vista del conocimiento como un nombre y del conocimiento como un verbo; el punto en el que está claro que conocer más no te hace más sabi@. Aún más, la sabiduría es el modo en que utilizas lo que conoces.

Ganar sabiduría es moverse entre cada uno de los 4 pasos del conocimiento y, más importante aún, empezar una y otra vez. Hacerlo nos mantiene intelectualmente honest@s en la persecución de la información, ya que intento recordarme continuamente que mi meta última no es ser más «experto», sino equiparme con lo que necesito para ser un mejor, compasivo e inclusivo ser humano.

El autor del artículo original nos recuerda que el propósito de éste no es corregir a las personas cada vez que utilizan la palabra conocimiento como un nombre. Eso seria, de hecho una cosa muy muy poco sabia de hacer. En lugar de eso, lo que intenta es darnos un marco de trabajo que podemos utilizar en el proceso de aprender más sobre el mundo. Saber que el conocimiento solo puede perpetuarse a través del diálogo y de la educación nos permite volver a los estadios iniciales y ver el intento oculto de lo que perseguimos. Si la meta es construir nuestra propia cápsula del conocimiento, tan solo las buenas semillas deberán tener cabida en ella.

Con esto en mente, podemos hacernos poderosas preguntas en cada paso.

Si estamos en el estadio 1, el Estadio de la Consciencia, nos podemos preguntar:

  • ¿Cuáles de todas estas semillas que me rodean tienen la suficiente verdad como para que las cultive?
  • ¿Va a contribuir mi consciencia sobre este hecho positivamente a mi bienestar y al de l@s demás?

Si estamos en el estadio 2 o el Estadio de la Curiosidad, nos podemos preguntar:

  • ¿Qué me excita tener en cuenta?
  • ¿Qué temas me permiten crear las mejores preguntas posibles sobre lo que quiero explorar?
  • ¿Estaré abiert@ a explorar cosas con las que no estoy de acuerdo pero que los hechos demuestran que son ciertas?

Si estamos en el estadio 3, o el Estadio de la Diligencia, nos podemos preguntar:

  • ¿Cuál es mi motivo para todo este trabajo e investigación al minar esta información?
  • ¿Es puramente egoísta (fama, fortuna, estatus)?
  • ¿Me hará feliz ser un defensor de esta materia, especialmente frente a aquell@s que respeto y admiro?

Y, si estamos en el estadio 4, o el Estadio de La Educación, nos podemos preguntar:

  • ¿Soy efectiv@ al representar que lo que conozco es verdad?
  • ¿Estoy abiert@ a cambiar mis creencias en base a la calidad del feedback que recibo?
  • ¿Soy un testamento andante de las ideas y argumentos que propongo?

Si lo pensamos, nos daremos cuenta que esas preguntas, más que respuestas, lo que harán será acercarnos más a la sabiduría. Esto es justo una parte inherente del modo en cómo funciona nuestro universo. Éste es simplemente tan vasto y desconocido para tener más respuestas que preguntas. Y, si nos convertimos en expert@s en algún campo, tan sólo tenemos que encontrar algunas preguntas de un pequeño conjunto de un pequeño, pequeño rincón dentro de esta extensión infinita de ideas y curiosidad.

No tiene ningún sentido que te dediques a conocerlo todo. En lugar de ello, la vida es sobre encontrar los pequeños rincones y grietas en el panorama de la curiosidad en los que podamos ahondar profunda y deliberadamente. En este proceso, el descarte consciente de información es tan importante. La vida y la curiosidad son demasiado importantes como para malgastarlas con malas ideas.

Esta es nuestra única vida que vivir. Todo el conocimiento que tengamos en nuestras mentes se disipará con nuestro último aliento, pero, si somos sabi@s, las semillas que habremos distribuido continuarán tomando forma y creciendo en árboles.

El Conocimiento como colección es temporal, pero el conocimiento como marco de trabajo es eterno.

Sencillamente Genial!!

Buen Domingo!! 🙂


Artículo Original: «Knowledge as an Action» en Medium

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