Para la mayoría de nosotr@s esto no será una noticia agradable, pero no todo el stress es malo. Esto no significa que sentirse superad@ y exhaust@ en el trabajo no sea un problema (lo es). Pero un poco de stress, en pequeñas dosis, puede conducir nuestro rendimiento en el trabajo si sabemos cómo usarlo.
Se trata de un acto de equilibrio. No necesitamos que nos digan que demasiado stress puede dañar nuestra salud y nuestra productividad. Pero muchas personas no saben cómo usar cierto grado de stress laboral para que éste les sea de ayuda. Hoy aprenderemos los diferentes tipos de stress que podemos experimentar y cómo dar en la diana de ese delicado equilibrio.
Poner el Stress Agudo a Trabajar
Una investigación de la Universidad de California-Berkeley nos da algunos indicios sobre como el stress puede ser de ayuda. En 2013, l@s investigador@s sometieron las células del tallo cerebral de ratas a unos periodos significantes pero cortos de stress (en otras palabras ‘stress agudo’), que causó que éstas generaran nuevas células. Dos semanas más tarde, después que éstas nuevas células madurasen, el estado de alerta de las ratas, su capacidad de aprendizaje y su memoria habían mejorado.

L@s insvestigador@s infirieron que el stress agudo ayudaría a mantener el estado de alerta del cerebro y que ese estado conduciría directamente a un mejor rendimiento.
Desde un punto de vista evolutivo esto tiene sentido: el stress es lo que ayuda a los animales a adaptarse y a sobrevivir y esto es igual de cierto para l@s human@s modern@s.
En otro estudio, científic@s de la UC de San Francisco analizaron este efecto a nivel celular en l@s human@s. Los resultados indicaron que mientras el stress crónico es dañino, pequeños tiros de stress agudo mantienen la resiliencia de nuestro cerebro y nos condiciona a preservarnos bajo presión.
Así que, ¿qué significa esta investigación para el trabajo?
Simplemente que el stress no es inherentemente malo y que un poco de éste puede ser bueno. Puede empujar a l@s emplead@s hacia adelante y ayudarlos a rendir a su nivel óptimo.
Pensemos en entregar una presentación, aceptar una nueva cuenta o enfrentarse a una fecha de entrega muy justa. Durante cada uno de estos eventos stressantes (que están limitados en duración y que pueden ser intensos pero no una amenaza a nuestra vida) l@s emplead@s entran en la gran rueda y se propulsan ell@s mism@s para obtener resultados.
Donde el Stress Crónico Toma el Control
No porqué un poco de stress sea bueno significa que todo lo sea. Hemos oído una y otra vez (y lo hemos aprendido en Feel The Brain) que el stress puede tener un impacto negativo en nuestra salud y en nuestro bienestar. Y esto es exactamente lo que hace el stress crónico.
Como explican desde Mayo Clinic, cuando sentimos stress, las hormonas como el cortisol y la adrenalina se liberan (recomiendo revisar el Brain Feeling: Cómo el Stress Nos hace enfermar‘). Una vez el evento stressor se acaba, nuestros niveles hormonales vuelven a la normalidad. Pero cuando nos sentimos stressad@s constantemente, nuestro sistema de respuesta se mantiene activo, lo que significa que nuestras hormonas permanecen en niveles poco saludables por largos periodos de tiempo. Este tipo de stress crónico impacta en cada uno de los sistemas de nuestro cuerpo incluyendo el respiratorio, el cardiovascular y el endocrino. Esto puede conducir a cambios en el apetito, pérdida de sueño, pánico y ataques de asma, enfermedades del corazón, incremento del peso y mucho más.

Desafortunadamente, much@s profesionales experimentan stress crónico diariamente. Y cuando se trata de un peaje de la salud de l@s emplead@s, puede dañar la salud del negocio. Un estudio de 2015 publicado en Management Science demostró que el stress laboral causa pérdidas añadidas de entre $125 a $190 billones al año.
De modo que, si el stress ocasional ayuda al crecimiento de l@s trabajador@s, en dosis altas los impide; el reto es encontrar el equilibrio adecuado. Veamos algunas maneras de hacer esto.
Establezcamos retos y metas riguros@s pero realistas
Cuando l@s emplead@s se sienten cómod@s con sus tareas regulares, es el momento de moverl@s fuera su zona de confort dándoles nuevas responsabilidades. Estas nuevas tareas, que no les son familiares pueden aportar la cantidad justa de stress que les lleve a comprometerse con nuevos retos y a aprender nuevas cosas.
Sin embargo, si vas a dar a tus emplead@s nuevas tareas, primero tienes que sacarles algunas de sus viejas responsabilidades en las que ya eran un@s maestr@s. De otro modo, se sentirán sobrecargad@s, hecho que puede conducir a stress crónico.
Much@s profesionales sienten ya que tienen un carga de trabajo irreal que hacer, así que si no somos cuidados@s en mantener las cargas de trabajo de nuestro equipo, el asignarles esa nueva tarea puede conducirlos al burnout y no hacerlos crecer.
Asignar una tarea grande cada vez
Demos a l@s emplead@s un tarea grande, como entregar una presentación, conducir una reunión, difundir una iniciativa o tomar las riendas de un proyecto grande. Sea cual sea el proyecto, asignemos solamente ese en un momento dado. De modo que l@s emplead@s tengan claro cuáles son sus prioridades y en qué necesitan concentrarse.
Expectativas poco claras pueden ser grandes stressores. Focalizarse en un proyecto puede ayudar a clarificar qué es lo que se debe hacer y permitir a l@s trabajador@s a ponerse metas realistas para completarlarlas. A la vez, cada proyecto nuevo introducirá pequeñas dosis de stress que irán mejorando el rendimiento y las aptitudes de l@s emplead@s.
Demos Control a los miembros de nuestro equipo
Much@s profesionales sienten que no tienen control suficiente sobre las fechas al completar su trabajo, sentimiento que el stress crónico tiende a exagerar. Y cuando sus gestores les cambian constantemente sus prioridades, el equipo deja de seguir la directriz y se stressa de modo crónico.

En lugar de eso, trabajemos con l@s emplead@s para establecer metas y fechas realistas. Esto no significa que nos deshagamos de todas las fechas de entrega (los horarios pueden ayudar a aplicar una pequeña dosis buena de stress). Pero es importante dar a nuestro equipo voz sobre cuáles de estas fechas tienen sentido y cuáles no. Esto ayudará a controlar los niveles de stress asegurando que la presión se mantiene productiva y no avasalladora.
Es stress crónico es desenfrenado entre l@s emplead@s y éstos necesitan hacer su parte para ayudar a crear entornos de trabajo más saludables. Al mismo tiempo, deberíamos retarl@s a alcanzar su potencial. No es una solución factible el desterrar al stress del sitio de trabajo. El equilibrio correcto es difícil de conseguir, pero no inalcanzable. De hecho es un muy buen objetivo para el trabajo en sí mismo: duro pero alcanzable.
Buen Martes!! 🙂
Artículo Original: «Sorry, But Some Work-Related Stress Is Good For You» en FastCompany.
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