La Muerte llega a todos los habitantes de la tierra a un ritmo de casi 7.000 personas cada hora. A pesar de su inevitabilidad, la mayoría de nostor@s sabemos muy poco de esta experiencia. Hoy aprenderemos qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo y nuestra mente al traspasar, y no es tan aterrador como puedes pensar. Y cuáles son todos los esfuerzos de nuestro cerebro en este proceso.
Qué Le Pasa A Tu Cuerpo
El morir puede variar mucho, de modo que para el propósito del artículo asumiremos que morimos de causas naturales y que estamos en el camino.
En primer lugar, es importante recalcar que no existe un «momento preciso» de muerte. La muerte es un proceso, uno en el que hay muchas áreas grises ya que aún hay mucho que no sabemos. Una vez dicho esto, podemos definir la muerte en dos estadios.
Ahora mismo, tu cuerpo se acerca gradualmente a lo que se conoce como «muerte clínica» que ocurre cuando tus latidos, tu respiración y tu circulación se paran.

Pero las células de tu cuerpo continúan vivas durante los siguientes 4-6 minutos después de esas paradas hasta que ocurre la «muerte biológica«. En ese punto las células de tu cerebro han empezado a morir y la reanimación es imposible.
Ahora ya sabemos qué significa la muerte, pero vayamos más allá. ¿Cómo sienta el proceso? Bien, de acuerdo con el especialista de curas paleativas de la Universidad de Stanford, James Hallenbeck, nuestros últimos días en la Tierra son lo que se conocen como la fase de «muerte activa«. Empezamos a perder rápidamente nuestras necesidades naturales y la mayoría de nuestros sentidos. Hallenbeck afirma que las cosas ocurren en este orden:
- Dejamos de estar hambrientos.
- Dejamos de estar sedientos.
- Dejamos de ser capaces de hablar.
- Dejamos de ver.
- Dejamos de oír.
- Dejamos de poder sentir el tacto.
Otros efectos secundarios incluyen una respiración más corta, depresión, ansiedad, fatiga extrema, confusión mental (probablemente debida a la falta de oxígeno), diarrea o incontinencia y náusea. Tu cerebro está sacrificando lentamente las funciones menos críticas para perpetuar tu supervivencia. Incluso tu piel empezará a mostrar signos de tu deceso. Se enfriará, se podrá de un gris azulado e incluso puede mostrar signos marcados en la piel.
No tardarás mucho es estar demasiado débil para toser o comer, y tu respiración empezará a hacer un ruido molesto, gutural al detrás de todo de garganta llamado «el traqueteo de la muerte«. Hasta donde los doctores pueden afirmar, este traqueteo no duele, incluso cuando pueda sonar mal para todo el mundo. Pero los doctores aún desconocen cuánto dolor sienten las personas a medida que mueren. Obviamente, el ser quemado vivo o que te disparen son modos dolorosos de irse, pero cuando estás muriendo en la cama de un hospital por causas naturales es difícil de decir. Normalmente tu dolor lo gestionan profesionales de la salud y lo más probable es que pierdas tu consciencia en tus horas finales, de modo que debe ser mínimo.
Cuando finalmente tu cuerpo tira la toalla, la pequeña función cerebral que te quedaba se desvanece rápidamente. Esto significa que tu cerebro ya no puede mantener tu cuerpo en sinfonía, de modo que te orinarás, defecarás e incluso (pero raramente) eyacularás. Ahora, que todo puede sonar terriblemente incómodo y aterrador, veremos algunos trucos que nuestro cerebro aún guarda bajo la manga.
Qué Pasa En Tu Mente
Justo cuando tu cuerpo empieza a flojear demasiado, tu cerebro hace sus mejores esfuerzos para preparar a tu consciencia para el gran salto. En sus momentos finales muchas personas (y esto está científicamente demostrado) tienen experiencias extracorpóreas, un encuentro con parientes en un lugar tranquilo, un sentimiento de mejor conexión con el universo y, por supuesto, ven la clásica luz brillante al final del túnel. Pero, ¿Qué está ocurriendo realmente?
No te va a preocupar lo que te está ocurriendo mientras estás en ese estado mental. Un estudio, comparó los estados mentales de pacientes terminales con los de personas a los que se les había pedido que imaginasen que estaban muriendo. Sus hallazgos sugieren que cuanto más cerca estamos de la muerte, somos más positivos respecto al panorama general. A lo mejor es porque estamos aceptando más la muerte cuando es menos abstracta y debemos enfrentarnos a su realidad. O a lo mejor es porqué estamos teniendo sueños y visiones llenos de paz.

En otro estudio, l@s investigador@s descubrieron que las personas que están muriendo tienen mucha más actividad onírica de la que es normal. El 88% de los participantes del estudio afirmaron tener sueños o visiones que se sentían más reales que los sueños normales y que, a menudo, continuaban en el estado de vigilia. Muchas personas soñaban sobre que se encontraban con personas que ya sabían que habían muerto, otr@s que se estaban preparando para viajar a algún lugar y otr@s revisitaron experiencias significativas de su pasado. Para muchas de estas personas, estos sueños y visiones les reconfortaban y hacían que tuviesen menos miedo a la muerte.
En el momento que empiezas a estar clínicamente muerto, tu cerebro entra en quinta, con una explosión de electricidad y un pico de actividad a través de muchas de sus regiones, y empieza a liberar neuroquímicos que lo excitan mucho más de lo normal. Este es el momento en que todas las experiencias de «la luz blanca y brillante» ocurren. Otro estudio, sugiere que aquellos que han tenido una ECM (Experiencia Cercana a la Muerte) tienden a ver las mismas cosas, aunque puedan variar un poco en función de las creencias culturales y religiosas de cada uno.
Otro estudio (hoy es día de estudios), afirma que el cuándo ocurren estas experiencias y en qué orden varían entre personas. De modo que experimentaremos estas cosas sin orden particular:
- Un estado mental de hiper alerta, o de consciencia muy clara. Tanto en vigilia como en sueño.
- Una experiencia extracorporal, normalmente en la forma que estás flotando encima de tu lecho de muerte. Posiblemente causada por el daño causado por la falta de oxígeno al enlace temporoparietal.
- Tu vida pasando rápidamente ante tus ojos. Muchas personas ven momentos significantes de su vida reproducirse.
- Reunion con lo familiares y amigos muertos, a veces con antepasados que nunca conocimos en vida. O también visitar un extraño mundo y conocer seres hechos de luz. La falta de oxígeno en el cerebro podría ser la causante de estas alucinaciones.
- Un sentido abrumador de calma y paz, posiblemente detonado por la descarga masiva de endorfinas.
- Una luz brillante al final del túnel. El sistema visual se sobreexcita y se inunda de dióxido de carbono, volviéndose más sensible a la luz. También se pueden acentuar otros sentidos en un corto espacio de tiempo.
Podemos experimentar todas o tan solo algunas de estas cosas. Y no hay un orden establecido en que van a ocurrir. De acuerdo con los supervivientes de experiencias cercanas a la muerte, estas experiencias hacen que la muerte siente bien, y que casi le demos la bienvenida.
En el momento que tu mente ha acabado su ceremonia de despedida, estás list@ para irte.
Nunca sabremos del cierto qué es lo que hay más allá de la muerte, si es que hay algo, pero al menos podemos estar tranquilos sabiendo que nuestro cerebro va a intentar que sea un tránsito lo más cómodo posible. Vaya centinela de nuestro bienestar!!
Buen Domingo!! 🙂
Artículo Original: «What It Feels Like to Die» en Life Hacker
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