Hoy, el penúltimo capítulo de la miniserie sobre Misteriosas Muertes de Personajes Históricos, capítulo protagonizado por Wolfgang Amadeus Mozart que murió el 5 de Diciembre de 1791.
¿Fue la muerte de Mozart causada por una costilla de cerdo, una enfermedad de transmisión sexual, un envenenamiento por un celoso rival o ninguna de las anteriores?
El afamado compositor empezó a mostrar signos de su enfermedad en otoño de 1791. Con una sobrecarga de trabajo, sin fondos y deprimido, estaba trabajando en el Réquiem encargado por un misterioso benefactor en Julio de ese mismo año, el mismo mes en que Mozart empezó a decir que tenía dolores de estómago y dolores articulares.
Sobre el 20 de Noviembre, se encamó. Su cuerpo empezó a hincharse y a emitir un hedor extraño; su esposa y su cuñada le hicieron un vestido especial que se abría por la espalda para que fuese más fácil cambiarlo. En la noche del 4 de Diciembre, empezó a mostrar signos de delirio. Llamaron al doctor y cuando llegó ante el pálido Mozart le aplicó un cataplasma frío en la frente.
El compositor cayó inconsciente y murió 5 minutos antes de la una de la madrugada del 5 de Diciembre. Tenía 35 años. Los últimos sonidos que creó fueron un intento de imitar una de las partes de percusión de su Réquiem inacabado.

El diagnóstico oficial fue una fiebre miliar aguda (miliar se refiere a una erupción con manchas de la medida de semillas). Pero, en tan solo una semana, un periódico de Berlín informaba que Mozart podría haber sido envenenado. De hecho, su mujer dijo que Mozart ya se había quejado de dolores meses antes de su muerte: «Se que tengo que morir, alguien me ha dado aqua toffana -un compuesto de arsénico y otras toxinas- y ha calculado el momento preciso de mi muerte, por el que me han pedido un réquiem. Lo estoy escribiendo para mí mismo«.
Se dice que el principal culpable en la teoría del envenenamiento sería el compositor Antonio Salieri, uno de los rivales de Mozart. A pesar que la teoría se desvaneció después de la muerte de Mozart, resurgió con energías renovadas en el siglo XX gracias a la obra de teatro de Peter Shaffer de 1979, Amadeus y su adaptación cinematográfica en 1984.

En algunas de las versiones de la historia, se dice que el mismo Salieri habría encargado el Réquiem, con los planes de seguir con la composición un vez Mozart hubiese muerto. Pero Salieri negó rotundamente cualquier tipo de relación con el supuesto asesinato, tal y como le dijo a un pupilo de Beethoven que le visitó en su lecho de muerte: «Te puedo dar mi palabra de honor de que no hay verdad alguna en ese absurdo rumor que seguro que conoces, sobre que fui yo quien envenenó a Mozart«. Otras han acusado a los Masones como supuestos envenenadores de Mozart ya que el compositor habría revelado el secreto simbolismo de los Masones en su ópera: La Flauta Mágica.
Sin embargo, el historiador Mackowiak considera que la implicación Masónica es poco probable, en parte porque otras personas involucradas en La Flauta Mágica vivieron durante décadas, y porque la logia de Mozart celebró una ceremonia en su honor después de su muerte y ayudó a su mujer. Aún más, los tipos de venenos más usados en esa época no habrían causado esos síntomas que mostraba Mozart, lo que se llama: anasarca.
Otros apuntan a la sífilis, que era una epidemia en los días de Mozart, y a veces iba acompañada de un poco de fiebre y erupciones. Esta enfermedad también ataca los riñones y solía tratarse con mercurio, que conducía a más deterioro de los propios riñones y podría causar anasarca. Pero Mozart era un adicto al trabajo que no tenía tiempo para ir de flor en flor y amaba sobre todas las cosas a su esposa Constanza. De acuerdo con Mackowiak, tampoco existe ninguna evidencia creíble sobre que la esposa de Mozart hubiese tenido un affair.

Otra teoría con menos glamour, argumenta que Mozart habría muerto por haber comido una costilla de cerdo poco hecha, o más específicamente, triquinosis. Se sabe que Mozart comió cerdo poco antes de caer enfermo. Pero la triquinosis, que proviene del parásito Trichinella, suele causar dolor muscular, lo que hace que Mackowiak piense que los familiares del compositor lo habrían recordado y lo habrían incluido en las explicaciones de los últimos días del compositor.

Fuese cual fuese la enfermedad, Mozart no era el único que la padecía en Viena, Mackowiak destaca que había un brote de casos similares a la vez. Un diagnóstico plausible, que apoyan much@s historiador@s, sería una inflamación de los glomérulos (una red de capilares en los riñones) que sigue a una infección por estreptococos. Puede aparecer como parte de una epidemia y causar los tipos de hinchazones de las que Mozart sufría.
Mientras que no es común que las bacterias strep sean fatales (son las que causan las anginas), la glomerulonephritis que sigue a la infección por ellas (que suele afectar a caballos y vacas) puede causar fallos renales y muerte. L@s human@s solemos cogerla al consumir leche o productos lácteos producidos por vacas infectadas, lo que explicaría la naturaleza de una pandemia. El fallo renal también explicaría el hedor de Mozart, causado por los productos residuales del torrente sanguíneo, el sudor y la saliva cuando los riñones dejan de funcionar.
Tristemente, dado que tanto los informes médicos y el esqueleto de Mozart (bien, gran parte de él) se han perdido, de nuevo es muy probable que un entendimiento pleno de la muerte del compositor esté para siempre fuera de nuestro alcance.
El Réquiem
Toda la muerte de Mozart, como hemos aprendido en este Brain Feeling, gira alrededor de su Réquiem inconcluso. Es una obra que nos gusta mucho en casa. Os recomiendo que la escuchéis con calma, es magnífica.
Uno de mis directores favoritos (no me preguntéis el por qué) es Leonard Bernstein. Este es el concierto del Réquiem de Mozart dirigido por Bernstein en 1988:
Buen Jueves!! 🙂
Artículo Original: «The Mysterious Deaths of 6 Historical Figures» en Mental Floss
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