Para el mentiroso, el contar una mentira tiene unos costes obvios. Mantener la coherencia de las mentiras que un@ cuenta para mantener la plausibilidad de una ficción narrativa como eventos del mundo real es mentalmente desgastador. El miedo a ser pillad@ es una fuente constante de ansiedad, y cuando ocurre, el daño a la reputación de un@ puede ser irreparable. Para las personas a las que se ha mentido, los costes de la mentira también son claros: las mentiras minan las relaciones, las organizaciones y las instituciones.

Pero la habilidad de mentir y de embaucar en otras formas de decepción también es una fuente de un gran poder social, permite que las personas den forma a las interacciones de modos que sirvan a sus intereses: pueden evadir la responsabilidad de sus fechorías, darse crédito de logros que no son realmente suyos, y congregar a amigos y aliados de la causa. De modo que es un paso importante en el desarrollo de un@ niñ@ y hay algunos bloques de construcción cognitivos que deben estar en su lugar para que se pueda mentir bien.
Un modo en que l@s investigador@s (psicólog@s) han tratado de entender el razonamiento tras la opción de mentir en contra de la de decir la verdad se remonta hacia atrás, a cuando aprendimos esta aptitud en la infancia.
En algunos estudios, l@s investigador@s han pedido a l@s niñ@s que jueguen a un juego en el que, si mienten, pueden obtener una recompensa material. En otros se enfrenta a l@s niñ@s a situaciones sociales en que la forma más educada de acción incluye mentir en lugar de decir la verdad. Por ejemplo, un@ investigador le hará un regalo, un tanto despreciable, como una pastilla de jabón y le preguntará al niñ@ si le gusta o no. Otro método es pedir a los padres que mantengan un registro escrito de las mentiras que cuenten sus hij@s.
En el reciente estudio llevado a cabo por Gail Heyman (la autora del articulo original), se ha buscado entender los procesos de pensamiento de l@s niñ@s cuando empiezan a darse cuenta de cómo embaucar a la gente, lo que para la mayoría de infantes es alrededor de los 3,5 años. El interés del estudio giraba entorno a la posibilidad que ciertos tipos de experiencias sociales podrían acelerar esta línea de desarrollo.
Ver A L@s Niñ@s Descubrir Cómo Embaucar
Invitaron a jóvenes a jugar un juego simple en el que sólo podían ganar embaucando a su oponente: l@s niñ@s que decían la verdad ganaban cosas para el experimentador y aquell@s que mentían ganaban cosas para sí mism@s.
En este juego el niño esconde un regalo in una de dos tazas mientras el experimentador se tapa los ojos. Entonces el experimentador abre los ojos y le pregunta al niño dónde está escondido el regalo, y el niño responde indicando una u otra taza. Si el niño indica la taza correcta, el experimentador se queda con el regalo, si por el contrario indica la taza incorrecta, el niño se queda con el regalo.
L@s niños jugaron 10 rondas de este juego cada día durante 10 días consecutivos. Este método de observar de cerca a l@s niñ@s durante un periodo corto de tiempo permite un seguimiento fino de los cambios del comportamiento, de modo que l@s investigador@s pueden observar el proceso de desarrollo a medida que se despliega.
Probaron con niños que estaban alrededor de su 3r cumpleaños, que es antes de que típicamente empiecen a saber cómo embaucar. Descubrieron que, como cabía esperar, cuando l@s niñ@s empezaron a jugar, la mayoría no se esforzaba en embaucar y perdía, en favor del experimentador, cada vez. Pero en las siguientes sesiones la mayoría de l@s niñ@s descubrieron cómo embaucar para así ganar el juego, táctica que una vez descubierta no pararon de usar.
Tan Sólo Un Hito Del Desarrollo
No tod@s l@s niñ@s descubrieron cómo embaucar al mismo ritmo. En un extremo, un@s descubrieron cómo hacerlo el primer día; en el otro, otr@s seguían perdiendo al fina de los 10 días.
Se descubrió que el ritmo en el que cada niñ@ aprendía a embaucar estaba relacionado a ciertas aptitudes cognitvas. Una de ellas (lo que l@s psicólogos llaman la teoría de la mente) es la habilidad de entender que l@s otr@s no tienen porque necesariamente saber lo que tú sabes. Esta aptitud es necesaria ya que cuando l@s niñ@s mienten, comunican intencionadamente información que difiere de lo que ell@s mism@s creen.
Otra de estas aptitudes es el control cognitivo, que permite a las personas evitar dejar escapar la verdad cuando tratan de mentir. L@s niñ@s que descubrieron cómo embaucar más rápidamente eran los que mostraban los niveles más altos de estas dos aptitudes.
Los hallazgos sugieren que los juegos competitivos pueden ayudar a l@s niñ@s a ganar la visión de que el embauque se puede usar como una estrategia para la ganancia personal, una vez tienen las aptitudes cognitvas que se requieren para darse cuenta de ello.
Es importante recordar que el descubrimiento inicial del embauque no es un final. Sino que es el primer paso de una larga trayectoria de desarrollo. Tras este descubrimiento, l@s niñ@ aprenden cuándo embaucar, pero al hacerlo deben de sortear un montón de mensajes confusos sobre la moralidad de mentir. También acostumbran a aprender más sobre cómo mentir. L@s más pequeñ@s a menudo sueltan sin darse cuenta la verdad cuando tratan de engañar a alguien, y tienen que aprender a controlar sus palabras, sus expresiones faciales y su lenguaje corporal para ser convincentes.
A medida que se desarrollan, l@s niñ@s aprenden a utilizar modos más sofisticados de manipulación, como hacer la pelota para ganarse el favor, conducir las conversaciones fuera de temas incómodos, y presentar selectivamente la información para crear la impresión deseada. Al dominar estas aptitudes, ganan el poder de dar forma a las narrativa sociales en modos en los que las consecuencias para ell@s y otr@s quedan lejos.
El Lenguaje De La Mentira
A modo de bonus de este Brain Feeling, una TED Lesson: «El Lenguaje De La Mentira«. Oímos entre 10 y 200 mentiras al día. Y, a pesar que hemos gastado mucho tiempo de nuestra historia para descubrir modos de detectar esas mentiras mediante el seguimiento de los cambios psicológicos de sus contadores, se ha demostrado que no podemos confiar en ellos. ¿Hay alguna aproximación más directa?
Aprendamos de mano de Noah Zandan algunos ejemplos famosos de mentir que ilustran cómo deberíamos utilizar la ciencia de la comunicación para analizar las mentiras.
Buen Sábado!! 🙂
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