Porqué Los Incompetentes Piensan Que Son Increíbles

L@s que habláis conmigo más a menudo, sabéis que este es un Brain Feeling que ya hace mucho tiempo que tengo ganas de aprender. Debo reconocer que he procrastinado mucho su escritura mucho ya que como veréis es largo y tenía que encontrar el momento ideal para publicarlo, a base de varios días de escritura y de revisión (aún así seguro que se han escapado algunas cosas).

Pero después de una lectura en diagonal, os puedo asegurar que podremos entender muchas más cosas de las que creemos entender sobre la flora y fauna, humanas ambas, que nos rodean y, sobretodo, de nosotros mismos.

Fue en 1999 cuando un par de investigadores publicaron un paper llamado «Uneskilled and Unaware of it: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assessments (PDF)» (Inexperto y No Ser Consciente de Serlo: Cómo las Dificultades Para Reconocer La Incompetencia de Uno Mismo Conducen a Autoevaluaciones Infladas). Estos dos investigadores, por aquel entonces del Departamento de Psicología de Universidad de Cornell, eran David Dunning y Justin Kruger; condujeron una serie de 4 estudios demostrando que, en ciertos casos, las personas que son muy malas haciendo algo creen que, de hecho, son muy buenas en ello.

Demostraron que para poder evaluar tu propio expertise en algo, debes de tener ya cierto expertise en ese algo.

El Efecto Dunning-Kruger:
El Efecto Dunning-Kruger: Demuestra que la cuanto menos experiencia tenemos, más confiaza mostramos en nuestra área.

¿Recordáis la campaña electoral de 2008? Los mercados financieros estaban enloqueciendo, y los bancos que eran «too big to fail» (demasiado grandes para caer) eran fianzados por los gobiernos. Los Oficiales engreídos de la Unión Europea proclamaban que todo iba bien (incluso mientras estaban rescatando un montón de instituciones financieras). En 2012, va y nos encontramos con una Unión Europea que está atravesando momentos difíciles. Grecia no puede pagar su deuda. Italia puede, pero los mercados no confían en sea capaz de hacerlo. España y Portugal van aquí y allá como si fuesen niños en pañales esperando que alguien les de un empujoncito. Los cargos públicos se comportaban como adolescentes, gritando «Que os j****an», mientras hacían una peineta con sus dedos. Los mercados reaccionaban como padres borrachos, y los moratones resultantes se tomaran mucho tiempo en curarse.

En medio de todo esto, los idiotas desinformados culpaban a los Griegos por ser vagos, a los Alemanes por ser demasiado estrictos, y a todo el mundo excepto a sí mismos. Periódicos, blogs y televisiones se llenaban con el comentario sabio de retornar al estándar del oro, la rotura del Euro, y un montón más de ideas sensatas y de ideas no tan sensatas. ¿Como procesaremos toda esta información? ¿Sabe alguno de todos estos de lo que están hablando? y si alguno lo sabe, ¿Como sabemos a cuál debemos escuchar? La investigación de Dunning y Kruger nos dirá que no existe modo alguno de encontrar respuestas a estas preguntas. Lo que asusta un poco.

Han pasado más de 10 años (casi 20) desde que Dunning y Kruger publicaron su trabajo. Creo que se ha convertido en lectura obligatoria de los cursos de psicología. También es un trabajo que tiene implicaciones importantes en el aprendizaje y la comunicación, de modo que; ¿qué ha pasado desde entonces? ¿Se han mantenido los resultados? ¿Son universales? Y, ¿qué podemos hacer para evitar caer como víctimas de nuestras propias inhabilidades?

El trabajo se ha convertido en un clásico de culto. Está bien escrito, humor entrelazado con datos robustos y conclusiones que se discuten de un modo meticuloso y accesible. Me pregunto si Dunning sabía que su paper se convertiría en un clásico, y cuando le pregunté (no yo, sino el autor del artículo original -Chris Lee-) respondió justamente lo contrario. «Francamente pensé que nunca se llegaría a publicar […] no encaja con la estructura usual de un hallazgo psicológico moderno. Un sabio editor que lo leyó y buenos revisores me mostraron que estaba equivocado. Me pregunto durante cuánto tiempo y cuál ha sido el impacto de esta idea en volverse viral en muchas otras areas«, dijo Dunning.

Dunning y Kruger
Dunning y Kruger

Claramente el paper ha dado en el clavo, con muchas personas fuera del campo de la psicología. «Creo que el paper ha dado voz a una observación que las personas hacen de sus compañeros pero que no saben cómo expresar«. Si no habéis leído el paper ya, os recomiendo hacerlo.

Desafortunadamente, en aquellos lugares dirigidos por petulantes y complacientes, un paper clásico se ha convertido en una arma. Los hallazgos de Dunning y Kruger se han reducido a: «La gente estúpida es tan estúpida que no sabe que es estúpida«. Respecto a esto Dunning afirma sin rodeos: «La presencia del efecto Dunning-Kruger, como se le viene llamando, es que uno debe pararse a pensar y a preocuparse por su propia certeza, no por la de los demás«. Y eso deja al efecto Dunning-Kruger como candidato a ser la Segunda Ley de Godwin.

El paper y los que lo siguieron son un motivo de esperanza. Demuestran que las personas no acostumbran a ser irremediablemente estúpidas. Podemos enseñar a las personas a que se autoevaluen de modo preciso, cosa que también incluye enseñarles la capacidad que tratan de evaluar.

El Contexto Lo Es Todo

Es importante tener en cuenta que el efecto Dunning-Kruger no fue un hallazgo impactante. Por ejemplo, ya se podía entrever que todos nos evaluamos a nosotros mismos por encima de la media en cualquier cosa. ¿Eres mejor conductor que la media? Sí, claro. ¿Como puntuarías tu habilidad en las matemáticas? Oh, un poco mejor que la media. ¿Qué me dices sobre escalar montañas? Bien, he subido la colina del pueblo un par de veces. El Kilimanjaro no puede ser tan complicado.

Una inacabable pila de investigaciones de diversos grupos de personas, cubriendo diferentes conjuntos de habilidades, indica lo que era evidente, los humanos somos irremediablemente optimistas sobre nuestras propias capacidades. Que no es una cosa mala en sí misma. El lado feo aparece cuando nos damos cuenta de que la norma debe mantenerse. Los estudios demuestran que hacemos esto considerando que los demás son mucho peores. No estar al tanto de tus propias capacidades es una cosa. Menospresciar las habilidades de los demás es una cosa relativamente mucho más seria.

No Trata De La Estupidez, Estúpido

Vale la pena tomarnos un momento para ilustrar lo sutiles que son los resultados de Dunning y Kruger. Veamos el caso del autor del artículo original (Chris Lee). Él es inmigrante. Creció hablando inglés (quizá no aquel inglés que reconoceríamos). Ya adulto, se mudó de Nueva Zelanda a Holanda y ha pasado 5 años batallando con el aprendizaje de un nuevo idioma. Por lo tanto, según la definición de Dunning-Kruger, es un incompetente.

Una lectura inexperta de los resultados de Dunning-Kruger, sugerirá que se valorará a sí mismo por encima de la media. De hecho, demostrará todos los signos de la incompetencia: sacará notas bajas en los exámenes básicos de Holandés, y se equivocará a la hora de evaluar correctamente a otras personas en el uso del idioma. Pero si pensamos que estimaría su holandés en cualquier nota más allá que debajo del todo, nos equivocaremos. Ya que él sabe que es incompetente y está al tanto de ello.

De hecho, los resultados del estudio no aplican a la situación del autor, ya que cada día sabe lo malo que es su holandés. «Tengo que repetir mis frases, tengo que pedir a los demás que repitan lo que han dicho. Gasto horas interminables para digerir las cartas más simples del gobierno holandés. Todo lo que me rodea demuestra y me señala que mi holandés es terrible»

"Todo lo que me rodea me recuerda que mi holandés es malo"
«Todo lo que me rodea me recuerda que mi holandés es malo»

Una comparación más correcta sería agruparse con otros expats que también están aprendiendo holandés como segunda lengua. En el grupo, algunos de ellos serán mejores que otros, y los peores tendrían dificultades para evaluar dónde están en ese grupo. Ahora piensa que su holandés está bien para un forastero. Pero también duda si podría evaluar de modo cierto su posición en un grupo de expats. En ese caso, es más cierto que piense que su holandés es mejor de lo que la realidad sugiere.

Al considerar que no es capaz de pillar lo errores gramaticales de una frase en holandés, le es totalmente imposible evaluar su propio rendimiento o el de alguien más. Simplemente no tiene las aptitudes necesarias para hacerlo. Y, dado que no puede leer o escuchar los errores de los demás, no puede tampoco situarse en la jerarquía de competencia. Juntemos esto con el hecho de que piensa que no es estúpido, tendremos que el resultado es que sobreestima severamente sus habilidades.

A este nivel, los resultados parecen indicar que si no puedes hacer, no podrás diferenciar entre hacerlo bien y hacerlo mal. El ejemplo que se usa en el paper original de Dunning-Kruger es el de un entrenador de basket. Consideremos el entrenador de basket medio (un señor en forma, de mediana edad, superando los 50 y bendecido con el semblante de una manzana feliz pero un poco seca). Claramente, el entrenador no va a superar a ninguno de sus jugadores. No puede hacerlo. Pero la falta de habilidad física no tiene nada que ver con la habilidad de poder decir si sus jugadores están jugando bien o mal. No tiene nada que ver con su habilidad de enseñar a sus jugadores nuevas aptitudes de basket. Y tampoco le previenen de evaluar su propio rendimiento como entrenador.

Pero he aquí una sutileza. Las habilidades de entrenar no son las mismas habilidades que las de jugar. De modo que el paper de Dunning-Kruger aplica a la evaluación de los entrenadores sobre su propia habilidad de entrenar. Ahora los entrenadores reciben una cantidad de feedback gigantesca. Las victorias y las derrotas son las obvias y las más importantes, pero los resultados no capturarán la efectividad de un entrenador trabajando con un escuadrón de jugadores sin experiencia. Estos indicadores incluirán cosas como: la motivación del jugador, el desarrollo de habilidades y el entorno del equipo. Claramente, estos no son los mismos criterios con los que tú evaluarías. Y todos conocemos ejemplos de entrenadores que fallan estrepitosamente con un escuadrón de jugadores y que tienen éxitos arrolladores con otro.

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La cosa es que no tan sólo la autoevaluación es difícil. La evaluación de un conjunto de habilidades es, simplemente, muy difícil de hacer bien.

Lo que este estudio subraya más claramente es lo que pasa cuando alguien no es bueno en algo, sino que es malo y no posee las herramientas para asesorar su propio rendimiento. Son dos habilidades diferentes:

  • La Acción
  • La Auto Evaluación

A veces las dos se sobreponen tan bien que hace que tengas que ser bueno en algo para poder determinar que eres bueno en ello. En otros casos, las dos no se sobreponen y no hay necesidad de aplicar a Dunnig y a Kruger.

Bueno, no tan rápido

Desde la publicación del paper, han habido algunos estudios que han trabajado en la relación entre la cognición y la meta cognición (la autoevaluación). Uno de ellos es el de Ames y Kammrath. Éste examinaba la relación entre la estimación de la gente de su habilidad para leer a las personas y su capacidad real de hacerlo. En este caso, de nuevo, aquellos que fallaban sitemáticamente al leer a las personas pensaban que eran bastante buenos haciéndolo, mientras que aquellos que sí lo hacían bien infravaloraban su capacidad.

En la búsqueda del origen de la estimación pobre del sujeto, los investigadores pusieron el narcisismo como un punto de partida primario. Las personas puntuaron en un test de narcisismo, lo más proclive que eran a la hora de estimar sus capacidades para leer personas. No queda del todo claro el significado de todo esto, de acuerdo que el narcisismo esté ligado con la autoevaluación, pero no tiene porque estar ligado al rendimiento.

Man looking at reflection in mirror
Narcisista

En otras palabras, los narcisistas piensan que son brillantes. ¿Quien sabe? Además, los investigadores descubrieron que los extrovertidos eran más proclives a sobreestimar sus habilidades, mientras que la autoestima y el género no tenían relación alguna con ello. Y, más importante, ninguno de estos factores parecieron tener relación alguna con el rendimiento real.

Pero si las habilidades requeridas para autoevaluarse y la habilidad en evaluación no se sobreponen, entonces el rendimiento en uno no debería predecir el rendimiento en otro. Pero no creo que la evaluación de tu habilidad para leer a las personas y tu habilidad real para hacerlo se sobrepongan demasiado. De modo que, ¿Qué implica esto?

Sugiere que realmente necesitas tener alguna habilidad en el área a evaluar que constituya un buen rendimiento. A lo mejor, el ejemplo del entrenador de basket, en que no se trataba de habilidades cognitivas, era un mal ejemplo. Estas son cuestiones que aún no se han contestado.

La Cultura Complica Las Cosas

En los Estados Unidos adoran a los extrovertidos. Diría que en Europa, no están tan bien valorados, pero sí que debes tener un cierto grado de auto-estima y autoconfianza en tus habilidades para tirar hacia adelante. Esto no es cierto universalmente. Aunque en occidente admiremos a los estudiantes que muestran autoconfianza, en partes de Asia, la humildad y el trabajo duro se valoran más. Se espera que un estudiante sea incompetente. Pero también se espera que trabajará duro para ser competente.

El Iceberg Cultural

Un estudiante que falla en occidente (y esto es una generalización ya que ‘occidente’ no es una cultura homogénea) es más proclive a cambiar de tema. Animamos a nuestros estudiantes a encontrar la cosa en la que son buenos por naturaleza. En otras culturas, el fallo para el éxito es una invitación a volverlo a probar con más empeño. Aunque se esté de acuerdo en que nunca vas a ser bueno en esa cosa, lo que importa es ser visto intentando ser un maestro de esa habilidad.

Los resultados de las autoevaluaciones varían en función de la cultura y exhiben sesgos sistemáticos. En otras palabras, no parece haber nadie que lo haya entendido. Todos fallamos de modos diferentes.

Educación y Trabajo

Una de las cosas que más asusta sobre estos hallazgos es que, a menudo utilizamos la autoevaluación en la educación y en el trabajo. Lo que esto nos indica, tanto para las personas con buen rendimiento como para las que lo ofrecen malo (estas son las personas sobre las que queremos saber) es que nunca vamos a poder obtener una impresión precisa.

En el caso de los hard-skills, como la lógica o el razonamiento, esto puede evaluarse con tests objetivos. Es bastante fácil separar los éxitos de los fallos estrepitosos. Pero ¿qué hay sobre temas como Literatura Inglesa, o habilidades como la gestión? No tan sólo es difícil definir qué es lo que hace que un buen manager sea un buen manager, es difícil definir una escala en la que se puedan evaluar las cualidades que hacen a un buen manager.

Aquí es donde Ames y Kammrath vuelven a entrar en juego. Cosas como la gestión implican saber leer a las personas. Pero este estudio demuestra que debes ser bueno al leer a las personas para poder evaluar si eres bueno al leer a las personas. Lo que es más, evaluar el rendimiento general trata más de leer a las personas y dilucidar de qué son capaces.

Daniel Ames
Daniel Ames
Lara Kammrath
Lara Kammrath

Los resultados de las investigaciones de Dunning, Kruger, Ames y Kammrath nos indican algo que cada uno de nosotros ha expresado en un momento o en otro. El incompetente es capaz de escabullirse fácilmente de ser detectado por aquellos que cuentan. O aún más cínico, aunque se trate de la conclusión lógica e inescapable, esta mejor expresada por el Principio de Peter: la gente se promociona inevitablemente a posiciones que están más allá se su nivel de competencia. Si aceptamos el Principio de Peter, también debemos aceptar sus consecuencias. Las personas que evalúan el rendimiento de los que están por debajo, es posible que sean incapaces de llevar a cabo tal evaluación (no estoy del todo de acuerdo con esto).

El Principio de Peter

En este vídeo podremos aprender el Principio de Peter, el nivel máximo de incompetencia:

¿Qué Hay Sobre La Comunicación De La Ciencia?

Tanto para Chris Lee (el autor del artículo original) como para mí mismo, la comunicación de la ciencia es un hobby, y también el paper de Dunning y Kruger tiene implicaciones en este campo. De hecho las implicaciones de los hallazgos son bastante más pérfidos que la materialización, sí, todos tenemos puntos débiles. Tomemos como ejemplo una línea común de razonamiento que se usa en la comunicación de la ciencia. Cuando nos enfrontamos con un tema que no entendemos, «Reconozco que no soy un experto, de modo que confío en la sabiduría acumulada de los expertos». Más aún, una sugerencia común en el pensamiento crítico es cuando se nos presentan con afirmaciones científicas, examinamos las pruebas de diversos expertos para verificar esa afirmación. Pero pensemos en eso un momento.

Comunicación Científica
Comunicación Científica

Primero tienes que elegir a un experto. Bien, ¿cómo yo, como no científico, puedo determinar la diferencia entre Michael Behe y Richard Dawkins? ¿Cómo puedo decir la diferencia que hay entre diferentes sociedades científicas como la NOAA y algo como el Instituto Heartland? Dicho rápido, para escoger un buen experto en algún tema, necesito tener un poco de experiencia en ese tema. Internet nos puede ayudar en esta labor, dado que un gran número de biólogos te dirán que Richard Dawkins es una fuente fiable de información sobre la evolución; y muy pocos te apuntaran hacia Michael Behe. En otras palabras, en suma, ¿está internet siempre en lo cierto? Ummm, mejor corramos un tupido velo.

Este es un tema de interés para Dunning. «Nuestro trabajo reciente demuestra que, sí necesitas expertos para detectar expertos […] Todos pueden señalar al que no sabe, pero señalar el que sí sabe es una competencia que va más allá del grupo. Dicho esto, detectar un experto fuera del campo de conocimiento de uno es una tarea en la que uno puede mejorar. Y eso es importante, con información, buena y mala, que no está disponible para la gente. Por ejemplo, ¿está el experto asociado con una universidad (un buen signo) o a un comité de expertos (mal signo)?«

De nuevo, esto requiere de experiencia y de expertise. Grupos como comités de expertos tratan de darse a sí mismos las encerronas del expertise en un movimiento diseñado específicamente para embaucarnos en confiar en sus afirmaciones.

'Think Tanks' - Grupos de Expertos
‘Think Tanks’ – Grupos de Expertos

Aún más, de acuerdo con Dunning, existe una falta de entendimiento inherente en la parte de los científicos y de los comunicadores de la ciencia. «Por ejemplo, los científicos tienden a pensar que decirle al mundo una conclusión que tiene consenso científico cierra el tema. Esto tiene sentido para los científicos. Para el público en general, oyen que los científicos están confabulando en algún tema». En otras palabras, el mensaje se envenena a sí mismo. Esto nos lleva de nuevo, al menos en parte, a la educación. «Ellos [los científicos y los comunicadores de ciencia] asumen que la población general tiene un conocimiento básico en ciencia, así como un poco de fe en ella, este conocimiento básico, de hecho no está«, afirma Dunning.

Aún así, mantengámonos optimistas. ¿Por qué? Pues porque el paper de Dunning-Kruger demuestra que, con entrenamiento, la autoevaluación mejora. Si enseñamos razonamiento lógico a las personas, mejorarán en la evaluación de su propio pensamiento lógico. El mensaje crítico es que el feedback correcto en el momento correcto tiene un gran impacto. Y esto también es nuevo conocimiento. Me pregunto cómo afectaría a la autoevaluación de las personas el mero hecho de conocer el efecto de Dunning-Kruger. Si estamos al tanto de que todos (incluidos tú y yo) tendemos a sobreestimar nuestras habilidades, ¿tendrá esto alguna influencia? Dunning cree que hay dos temas claves en este punto:

  • En primer lugar las habilidades de pensamiento crítico, aplicadas a nuestro propio conocimiento y todo lo demás son vitales.
  • Pero si no ejercitamos las habilidades de pensamiento crítico se desvanecerán, dejándonos con una falsa impresión de nuestras propias habilidades.

También es importante enfrentar a las personas con sus propios fracasos. Dunning destacó que «También hay un pensamiento en que quizás deberíamos dar la experiencia a las personas con su exceso de confianza […] Esto es, que se muestren sobrados de confianza para luego mostrar para qué es, de modo que la gente esté más en guardia frente a cualquier asunto. Por ejemplo, en algunas áreas, a las personas que están aprendiendo a conducir se les expone a unas condiciones de conducción horribles, pero no se les enseña cómo gestionarlas. En su lugar, se les proporciona una experiencia tan abrumadora que nunca más pensarán en conducir en condiciones de nieve o hielo. No considero esto como una aproximación negativa a la educación. Tal y como mencionó Anatole France, una educación correcta no es lo que tú sabes, es ser capaz de distinguir entre lo que sabes y lo que no»

¿Un ejemplo excelente? (En palabras de Chris Lee, que comparto) Es este artículo. No soy psicólogo, tampoco he recibido entrenamiento alguno en ese área. Creo que resultados como estos son fascinantes. Imagino mientras escribo (Chris) o traduzco y aprendo (yo) cuantas cosas he entendido mal o simplemente he omitido. Sin embargo, aunque esto pueda ser imperfecto, aún vale la pena ponerlo a discusión. Pienso.

El Paper de Dunning y Kruger 📄

En este Brain Feeling hemos hablado del paper de Dunning-Kruger; en alguno de los enlaces de arriba estaba disponible en PDF. Os dejo aquí el enlace de descarga del paper en inglés. No he podido encontrar una versión en castellano, click sobre la imagen.

Dunning - Kruger Paper
Dunning – Kruger Paper

Este es el paper de Ames y Kammrath:

Paper de Ames y Kammrath
Paper de Ames y Kammrath

Para Tener Más Criterio

Si os ha parecido el tema interesante y os gustaría tener un poco más de criterio y profundizar en el efecto Dunning-Kruger, he aquí un tercer vídeo, de 17 minutos en el que se detalla con más profundidad de la que hemos aprendido en el Brain Feeling.

La Conclusión de Feel The Brain (si es que se puede) 🤔

Es posible que el contenido del artículo no fuese el que esperabas cuando has empezado su lectura a partir del título: «Por qué los incompententes piensan que son increíbles».

Cabe la posibilidad que buscases en este artículo una explicación de por qué haces tu trabajo bien y te esfuerzas en hacerlo, mientras que otros que no valen para estar en su puesto no hacen nada, por que no saben hacer nada ni quieren aprender a hacer nada. Pero en lugar de ello, te has encontrado con una afirmación implícita que no es otra que todos nosotros podemos ser incompententes. Y eso depende de la materia en la que estemos. Con lo que, todos, en cualquier instante, en cualquier área; podemos ser incompententes.

Si estoy en lo cierto en la teoría de qué es lo que buscabas, creo que no me equivocaré demasiado, si lo que esperabas era encontrarte que incompetente = mediocre. Y no es así. Algún día, en algún Brain Feeling, aprenderemos sobre la mediocridad, ¿estamos todos expuestos a ella?


Artículo Original: «Revisiting why incompetents think they’re awesome» en Arstechnica

Sobre el Principio de Peter: «How to Achieve Professional Happiness Through “Creative Incompetence”: A Corollary to the Famous “Peter Principle”» en Open Culture

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