Hace casi una semana que encontré este artículo desternillante. Y es que lo es porque es la realidad de las Conference Calls. Espero que lo disfrutéis como yo lo he disfrutado.
Sirva la presente para desinventar las conference calls. Sí, es correcto. Ahora no hay razón alguna por la que 6, 20 o (Dios nos pille confesad@s) 100 personas se puedan reunir todas a la vez y discutir sobre alguna cosa por teléfono. Personalmente, creo que que esta frase sola debería ser suficiente para que tod@s nos paremos y pensemos. ¿diversas personas intentando hablar a la vez? Eso suena poco manejable e ineficiente. Y lo es. Pero, para aquell@s que necesitéis más argumentos para convenceros de que podemos dejar las conference calls, dejadme que me explique.
Imaginaros lo siguiente:
Colaboras en un proyecto con un grupo de personas que viven en diferentes ciudades o que trabajan en espacios diferentes. En un e-mail, alguien alegremente sugiere: «Hagamos una call». De 30 a 1000 correos más tarde, se establece un día y una hora. Hemos acordado hacerla el jueves a las 9 de la mañana hora Europea, lo que es medio día en la Índia. Ten en cuenta que alguien pensará que la llamada es al mediodía hora Europea con lo que prepárate para actualizar a esa persona más tarde con un largo e-mail.
Los detalles de la conferencia telefónica incluyen un número al que llamar y un PIN. El PIN es demasiado largo como para memorizarlo. ¡Un momento! Acabo de recibir un SMS del organizador diciéndome que ese PIN no funciona, y me da el nuevo.
Una vez introduces el PIN, el contestador te pregunta por tu nombre seguido de la presión de «#». Esta es la versión audio de tu foto del pasaporte. Tu nombre jamás sonará peor. El autor original (Rick) asegura haber entrado a algunas calls como Rrie.
Ephen, Ob, Nfer, Sbrfmewnlkk y RICK!! también han entrado en la call, pero eso tú no lo sabes. Así que se nos fuerza a jugar al juego de «¿Quien está conectado?» Por un momento esa ronda es divertidísima, como los créditos de apertura de la «Tribu de os Brady»: «Eo!! Aquí estas!! Aquí Estoy!» Para luego darnos cuenta de lo poco actualizados que estamos los unos con respecto de los otros, el escalofrío de la la nostalgia-se-encuentra-con-la-novedad se ve reemplazado por el hastío inducido por la redundancia.
El recuento ha terminado, pero aún no podemos ir al grano. Primero tenemos que tener una orgía de irse por la tangente. Las voces se enmarañan, son tres en una, nunca puedo decir quien es quien. Michael, o creo que es Michael, comenta que Christina ha subido una foto del concierto de Rihanna a Instagram. ¿Estuvo bien? ¿Cuántos años tiene ya el hijo de Adam? Ohh!!! Elizabeth está llamando desde sus vacaciones en Taos!! Nos enviará el nombre del restaurante más tarde. También hay una rápida actualización del tiempo. ¿Cuánto son 70ºF en ºC? (Mark está en Londres) Un momento, ¿hemos perdido a Beth? Ahh, no; le ha enviado un mensaje a Graham diciéndole que se unirá cuando tenga mejor cobertura. ¿Debemos esperarla? Vale!! ¿Quien vio «Empire» ayer por la noche?
Unos pocos de los asistentes están juntos en una sala de reuniones. Agrupados alrededor de un altavoz especial que parece la insignia de Star Trek. Encuentro esto especialmente atroz, porque esta nave espacial de plástico intenta ser un invento cool cuando en realidad es un teléfono fijo con un vestido de Halloween.

Ya llevamos 8 minutos en la llamada cuando Bárbara sugiere que empecemos. Estoy de acuerdo. Excepto que a duras penas puedo oír qué es lo que están diciendo ya que hemos dejado de hablar a cachitos y estentores. Hay retraso, dos personas suenan como robots. Cualquier idea que se explique y que sea larga no se diferencia demasiado de un mensaje en buzón de voz que te haya dejado un amigo al que se le ha disparado la llamada mientras se tiraba en paracaídas. Es por esa razón por la que la mayoría de personas prefieren estar en silencio durante la Conference Call, con sus teléfonos en manos libres y sus micrófonos apagados. Es un buen momento para ducharse, escribir la palabra «¿Por qué?» en un bloc de notas hasta que se seque la tinta o organizar tu armario por color. Y, de vez en cuando, desmutear mi teléfono para soltar un «Sí», «No» o «Estoy de acuerdo». ¿Sobre qué?, no tengo ni idea.
Una Conference Call se termina cuando alguien usa una de esas tantas frases pre-hechas cómo «Hay alguien más que tenga alguna duda» o como sugerir que para mayor claridad podríamos poner todas las ideas por escrito.
¿Me explico lo que quiero decir? Buff!! Porque si estuviésemos en una Conference Call nada de esto tendría sentido.
Artículo Original: «Call Me Crazy» en The New Yorker.