Tener The Office como si fuese música de fondo, celebrar la Navidad viendo Solo en Casa año tras año con nuestra familia y mirar las 10 temporadas de Friends en verano, no son hechos muy sorprendentes. Algunas personas encuentran muy agradable el ver las mismas películas y programas de tele múltiples veces y l@s investigador@s han teorizado sobre que puede tratarse de una experiencia nostálgica muy positiva.
Por supuesto, algunas cosas nunca cambiarán. La gente siempre continuará haciendo cola alrededor de la manzana para poder ver la última de Star Wars, y l@s niñ@s siempre querrán ir al cine para ser l@s primer@s en ver el nuevo gran clásico de Disney. Formar parte de estos eventos es muy bueno ya que es lo que mantiene vivo el corazón del cine. Pero no estamos aquí para hablar sobre eso; estamos aquí para habla de porqué Regreso al Futuro y La Jungla de Cristal son siempre las películas que encabezan las listas de «Las películas más re-vistas» y de porqué existen tales listas.
Los servicios de streaming online se han convertido en una super máquina implacable de producción de contenido, exponiéndonos a un catálogo infinito de entretenimiento en tan sólo un click. Me gustaría pensar que no soy el único que entra en Netflix para ver una película nueva o un programa y sentirme obligado a tomar ventaja y verlo todo de golpe. La aparentemente infinita colección de nuevos títulos que se añaden cada día combinada con esa característica en la que los tráilers se reproducen automáticamente cuando tenemos uno seleccionado, han hecho que navegar por Netflix sea una ardua tarea.
A no ser que seas una persona extremadamente dedicada y no utilices la característica «Mi Lista» como si fuese un agujero negro para añadir películas y series que algún día quizás veas, se suele dar que gastes probablemente 20 minutos decidiendo en que vas a dedicar las próximas 2 horas de tu vida. El problema es que hay demasiadas opciones entre las que escoger.
Es un poco contraintuitivo pensar que cuantas más opciones tengamos, más probable sea que estemos indecis@s, pero eso es exactamente lo que desmuestra un estudio liderado por Sheena Iyengar de la Universidad de Columbia. Concluye que tener demasiadas alternativas a menudo nos lleva a sentirnos insatisfech@s una vez hemos escogido ya que tendemos a pensar que la otra opción (otra película o programa en este caso) podría haber sido mejor.
Para simplificar, tomar decisiones puede ser duro. Después de navegar sin éxito durante un rato, algunas personas son/somos más proclives a volver a ver algo que ya hemos visto. ¿Por qué? Pues porqué un viejo favorito nunca nos defraudará.
Un viejo favorito nunca nos defraudará.
Revisitar películas viejas se puede convertir (y se convierte) en un ritual simbólico con los años. Algunas personas ansían que llegue Navidad no por las celebraciones o los regalos, sino porqué saben que en la tele pondrán Solo en Casa y no soy el primero en decir que no hay nada de malo en eso. Ver Love Actually cada 24 de Diciembre se ha convertido en un ritual tan familiar para algunas personas hasta tal punto que se convierte en un tipo de «comida cómoda» para nuestro ojos. Lo mismo puede ocurrir al ver Pesadilla Antes de Navidad cada Halloween, etc.
Un sentimiento de poder acompaña el saber qué es lo que va a pasar. Cuando John McClane (el personaje de Bruce Willis en Jungla de Cristal) está apunto de saltar desde lo alto del rascacielos con la manguera atada a su cintura, tod@s nos emocionamos y le aplaudimos porque sabemos que de hecho va a hacerlo. Y cuando lo hace, nos sentimos satisfech@s y compartimos su éxito. Cuando Ross, Chandler y Rachel (en Friends) están cargando con ese enorme sofá mientras lo suben por las escaleras, esperamos ansios@s la explosión de impaciencia de Ross. Cuando finalmente grita el icónico «Pivot!», nos satisface llenamente. (NOTA: este ejemplo de Friends es de la autora de artículo original, no soy muy fan de Friends).
Es porqué sabemos exactamente qué es lo que va a ocurrir lo que hace que tengamos esta extraña sensación de conjuro en la que sentimos que los personajes están haciendo lo que les mandamos. Elizabeth Margullis, autora de «On Repeat», llama a esto el «poder de prestidigitación» y afirma que aunque todo está en nuestra mente, la satisfacción que obtenemos de ello es enorme y que solamente puede existir por todas las veces que lo hemos visto.
Tendemos a disfrutar más de alguna cosa si hemos estado expuest@s a ella con anterioridad
Por otro lado, se podría argumentar que la razón por la que vemos la misma película una y otra vez es porqué la repetición alimenta al cariño. Tendemos a disfrutar más de alguna cosa si hemos estado expuest@s a ella con anterioridad. L@s científic@s llaman a este hecho «el efecto de exposición», que explica que las cosas que nos son familiares son mucho más fáciles de procesar. Por lo que, si por casualidad has visto Tú a Londres y yo a California unas 15 veces (como la autora del artículo) o Regreso al Futuro o Superman de Christopher Reeve (como el mío) será música para tus oídos.
Pero probablemente la razón principal por las que mucha gente adora revisitar sus películas favoritas una y otra vez sea porque se trata de una experiencia nostálgica que les hace sentir arropad@s y a gusto. Y no tan solo en sentido figurado.
Un estudio reciente ha demostrado que la nostalgia puede manifestarse a menudo como confort físico y cálido. En el siglo XVII cuando los griegos acuñaron el término nostalgia (de nostos que significa ‘regreso a casa’ y de algos que significa dolor) se consideraba una enfermedad sospechosa. Desde entonces, la nostalgia, se ha convertido en un combustible excelente para la cultura pop y la industria del entretenimiento.
La nostalgia se ha convertido en un combustible excelente para la cultura pop y la industria del entretenimiento
Un modo muy simple de viajar atrás en el tiempo es ver la película favorita de tu infancia. Los recuerdos sentimentales asociados con el ver esa película durante años, mientras te haces adult@ te inundará de cariño. Esta nostalgia autobiográfica que acompaña el revisitar cosas que una vez adoraste (y aún lo haces, y lo sabes 🙂 ) te provoca un efecto de calma y paz. Además te sentirás orgullos@ de haber escogido esa película de hace 10 años que vale la pena revisitar.
Esta satisfacción combinada con los efectos positivos de la nostalgia se convierte en una combinación irresistible para nuestro cerebro incluso cuando algunas personas puedan decir que estés gastando el tiempo en ver la misma película que viste la semana anterior. Pero, ¿es esta una razón lo suficientemente buena para revisitar esos personajes e historias que nos son tan familiares?
Sabemos que el bueno siempre ganará, que el monstruo será derrotado y que aquella parejita tan mona se besará después de la gran batalla; ya sabemos cómo acabarán estas películas. Entonces, ¿por qué invertimos tanto tiempo en ellas aunque el elemento sorpresa ya no esté?
Aunque probablemente puedas pillar algunos detalles que se te hubiesen escapado en las otras visualizaciones, esta falta de sorpresa es lo que precisamente se convierte en confort para muchas personas. Conocer el final de antemano nos garantiza que tendremos la recompensa que estamos esperando.
Esto significa que ver lo mismo múltiples veces nos proporciona un efecto calmante que l@s investigador@s Cristel Russell y Sidney Levy han nombrado como «control experiencial», que nos provee de «regulación emocional». Ya que has visto ese programa antes, ya sabes cómo acabará, lo que significa que sabes lo que vas a sentir cuando lo haga. Ya sea felicidad, liberación, tristeza o rabia, esta recompensa emocional es algo que tan sólo nuestros viejos favoritos nos pueden garantizar.
Esto significa que revisitar algo es básicamente un modo simple de controlar nuestras emociones cuando están un poco fuera de control. Puede llegar a ser realmente terapéutico, especialmente si estamos ansios@s. La psicóloga Pamela Rutledge lo confirma explicando que ver la misma pieza de entretenimiento múltiples veces reafirma que hay un orden en el mundo y «puede crear un sentimiento de seguridad y confort a niveles muy primarios».
Todos los padres y madres sabemos que l@s niñ@s pueden pasar horas y horas viendo los mismos dibujos en bucle; están sujet@s a las mismas satisfacciones emocionales a las que lo estamos l@s adult@s, y mucho más.
La razón por la que l@s niñ@s quieren ver la misma película por millonésima vez es la misma razón por la que quieren oír el mismo cuento antes de acostarse cada noche, necesitan guías y rutinas. L@s niñ@s aprenden por repetición y sus cerebro consolidan mejor la información cuando se exponen a ella varias veces. De este modo, sus cerebros empiezan a formar conexiones entre los patrones a los que están expuest@s en repetición, dándoles más y más significado durante el tiempo, lo que les ayuda a mejorar el lenguaje y la comprensión del mundo que l@s rodea. Con lo que para l@s niñ@s (y l@s adult@s) ver una película una y otra vez es mucho más que un mero pasatiempo, nos da un sentimiento de seguridad y de bienestar.
L@s niñ@s aprenden por repetición y sus cerebro consolidan mejor la información cuando se exponen a ella varias veces
Sea cuando sea que tengas esta intensa urgencia para ver toda la saga de Harry Potter en un único fin de semana ten por seguro que no estarás perdiendo el tiempo; revisitar películas y programas puede ser una forma muy simple de auto cuidado. De modo que la próxima vez que te descubras buscando durante horas, recuerda que es el momento de ver uno de tus viejos favoritos; te lo agradecerás.
Sugerencias mías: Regreso al Futuro, Cazafantasmas, Superman, Interestellar, Karate Kid, Indiana Jones, Batman de Tim Burton, Pesadilla Antes de Navidad, … (un etc muy muy largo 🙂 )
Buen Miércoles!! 🙂
Artículo Original: «Why do we watch the same films and tv shows over and over again?» en Medium
Debe estar conectado para enviar un comentario.