Hasta el momento no habíamos intentado aprender en Feel The Brain sobre un concepto clave: la neuroplasticidad del cerebro. He ido pasando sobre él en diversos Brain Feelings como: Saltar entre Zonas de Confort o ¿Cómo las emociones fortalecen nuestros recuerdos?; en el que de manera velada mencionaba cómo la activación repetida de cerebro fortalecía las conexiones y los circuitos neuronales.
En este Brain Feeling vamos a ver la neuroplasticidad más de cerca, y es que se podía intuir; que la inteligencia no se nace sino que se hace. Nuestro cerebro es maleable y todo pasa por el aprendizaje y la docencia y de qué modo puede mejorar los resultados de los estudiantes de cualquier nivel si son conscientes que pueden moldear como quieran su cerebro, ya desde niñ@s. Veámoslo.
La Neuroplasticidad
«Hay unos cuantos principios que podemos afirmar que provienen de la neurociencia» dice Kurt Fischer, profesor de educación y director del Programa Mente, Cerebro y Educación en la Universidad de Harvard.
¿El número uno? «El cerebro es extremadamente plástico», «Incluso en mediana o en la plena tercera edad aún continua adaptándose a su entorno»
Con lo que, todos aquellos pequeños cerebros en una clase están creciendo y cambiando cada vez que aprenden alguna cosa. Y hay tres modos mediante los cuales podemos mantener que esto continúe pasando.
A pesar que el concepto de neuroplasticidad es amplio, vago y a penas nuevo (la teoría nació a mediados del siglo XIX y fue investigada profundamente durante los años 90 del siglo XX), es uno de los descubrimientos más fiables y fundamentales sobre el cerebro que tenemos hasta la fecha.
La inteligencias no es fija, aparece, no esta plantada en nuestros cerebros desde nuestro nacimiento. Se forma y se desarrolla durante nuestras vidas.
Nuestro Cerebro en el Arprendizaje
De acuerdo con la neuróloga y educadora Judy Willis, la neurplasticidad se define como la organización selectiva de conexiones entre las neuronas de nuestros cerebros.
Recordareis de otros Brain Feelings como: saltar entre zonas de confort, sobre las fobias o sobre las emociones que fortalecen nuestros recuerdos dónde ya aprendimos el concepto sobre el que el acceso repetido a la misma actividad o recuerdo hace que nuestros circuitos neuronales (grupos de neuronas que se activan juntos creando caminos electro químicos) se dan forma en consonancia con la actividad o el recuerdo.
Cuando las personas paramos de practicar cosas nuevas, el cerebro eliminará o «purgará» las células conectantes que forman esos caminos. Es cómo un sistema de carreteras que une varias ciudades, como más coches vayan a un mismo destino, más ancha tiene que ser la carretera que los contenga. Si, por lo contrario hay menos coches, necesitaremos menos carriles y menos mantenimiento.
Los neurocientíficos han estado coreando: «las células que se disparan juntas, se conectan juntas» desde finales de los 90; indicando de este modo que si llevamos a cabo una tarea o una recordamos alguna información que haga que diferentes neuronas se disparen a la par, fortalece las conexiones entre esas células.
Con el paso del tiempo esas conexiones se hacen más gruesas, mapas más robustos que enlazan diversas partes del cerebro, teniendo en cuenta que el estimular una neurona de la secuencia hace que se estimule la más cercana.
Pero Willis va más alla:
«La práctica las hace permanentes. Cuantas más veces se estimule el circuito más fuerte y eficiente será»
Cambiando los Cerebros en la Clase
Con lo que si les explicamos esto a nuestros estudiantes puede tener un efecto en sus cerebros también. L@s investigador@s Lisa Blackwell de la universidad de Columbia juntamente con Kali Trzesniewski y Carol Dweck de la Universidad de Santford publicaron ya en 2007 en Child Development que cuando los estudiantes entendían que la inteligencia era maleable mejoraban tanto en sus notas como en su comportamiento.
Willis también confirmó esto en su clase de la escuela primaria. Sus estudiantes estaban más motivados a a estudiar cuando sabían que eran totalmente capaces de construir su conocimiento y cambiar físicamente su cerebro.
Estos son algunas de las pautas para poder hacer que los niñ@s y estudiantes entiendan y se sientan a gusto con su cerebro maleable:
- Práctica, Práctica y más Práctica: la repetición de una actividad, recuperar un recuerdo, y revisar material de diferentes modos ayuda a construir conexiones cerebrales mucho más inter relacionadas, mas fuertes y más anchas.
- Poner la Información en Contexto: Reconocer que el aprendizaje es esencialmente la formación de conexiones neuronales nuevas o más fuertes, tiene todo el sentido le priorización de actividades que ayude a los estudantes a activar ya algunas de esas redes (por ejemplo: integrando materias académicas o creando proyectos de clase que sean relevantes para sus vidas). «Cuando nuevo material se presenta en un modo en que los estudiantes puedan ver relaciones entre los conceptos; éstos generaran una mejor actividad cerebral y llegarán a tener una memoria a largo plazo mucho mejor así como la capacidad de acceder a ella»
- Permitir a los estudiantes que es así como el cerebro trabaja: Romper estas barreas neuro-mitológicas que presentaban la inteligencia como predeterminada hará que los estudiantes tengan más confianza en usar su cerebro. «Especialmente para aquellos que realmente creen que ‘no son list@s’ el darse cuenta que, literalmente, estudiar puede cambiar su cerebro les fortalece»
Es decir, tod@s podemos ser inteligentes, tenemos la materia, tan solo necesitamos el apoyo y las herramientas necesarias para moldearla.
Buen Martes!!
Artículo Original: «Neuroplasticity: Learning Physically Changes the Brain» en Eudotopia.