Me gustaría aprender la respuesta a una pregunta que me hago a menudo. Lo haré a partir de la experiencia de Anisa Purbasari, escritora freelance y editora que cubre temáticas sobre conciliación, entre otras. Ete artículo que es un resumen de un episodio de podcast que podremos aprender al final del Brain feeling. Tened en cuenta que cuando hable en primera persona son reflexiones de la propia Anisa.
Mi proceso creativo es largo y lioso. Cuando necesito tener buenas ideas sé que la inspiración no me vendrá si me siento en mi mesa y me quedo mirando fijamente a la pantalla (totalmente cierto). Me vendrá más tarde ese día cuando esté en el gimnasio, en a ducha o en el camino de casa al trabajo.
Nunca viene cuando necesito que las ideas aparezcan. Claro está que tengo explosiones de estados de ‘flow’ aquí y allí, pero la mayoría del tiempo es un proceso frustrante de mirar fijamente una pantalla, ponerme en pie, volverme a sentar y caminar dando vueltas. A menudo, es como si fuese todo lo contrario a ser productiva.
Pero, como hemos descubierto en este episodio de «Los Secretos De La Gente Más Productiva» (Secrets of the Most Productive People), esto es una parte normal de la creatividad, y algo que tod@s deberíamos aceptar. También hablamos con el psicólogo Scott Barry Kaufman quien apoya la idea que el lugar de trabajo de hoy en día no está siempre preparado para alentar la creatividad más óptima y que deberíamos aprender a redefinir «productividad» al tratar el proceso creativo ya que no se parece en nada a «tener las cosas hechas» (getting things done).
Hay algunas cosas simples que podemos hacer para desatascarnos cuando queremos que la inspiración fluya. Estos son 3 ejemplos:
- Crear un estado de distancia psicológica
Del mismo modo en el que tenemos buenas ideas cuando no estamos tratando de tenerlas, estaremos en mejor posición de solucionar ese problema espinoso cuando aprendemos a sacarnos a nosotr@s mism@s del problema. Prueba de pensar desde la perspectiva de alguien que no seas tú, leer sobre cómo otras personas hay abordado problemas similares o, simplemente cambia completamente de tarea y trabaja en algunas más simples. - Programa tu trabajo más intenso en tus horas más productivas
De este modo, cuando tu mente empiece a estar cansada y empiece a vagar, puedes dejar tranquilamente que lo haga sin sentirte culpable que esto esté interrumpiendo tu flujo de trabajo. Agenda las tareas que requieran menos esfuerzo mental en los momentos que sabes que tu cerebro estará en un estado menos que productivo, de modo que puedas dejar incubar tus ideas a la par que vas tachando cosas de tu lista de ToDos. - Haz algo a lo que no estés acostumbrad@
A veces todo lo que necesitas para refrescarte es una sacudida de novedad. No tiene porque ser una gran cosa. Pueden ser cosas tales como hablar con es@ compañer@ con quien te cruzas cada día pero con quien nunca has hablado, o comer alguna cosa diferente a la hora del almuerzo. Las rutinas son geniales para mantener los hábitos, pero necesitamos cambiar de chip de vez en cuando si queremos inspirar la creatividad.
Después de ver todos estos puntos que comenta Anisa, no puedo decir que estoy más que de acuerdo con ellos. Yo mismo lo estoy aplicando, sin ser consciente de que eran ‘pasos a seguir’, Y vosotr@s, ¿como os las apañáis para ser cretiv@s y productiv@s?
Aquí podéis escuchar el episodio completo del podcast:
Buen Domingo!! 🙂
Artículo original: «Is creativity the enemy of productivity?» en Fast Company
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