El sobrepeso puede aumentar la presión sanguínea, el colesterol y el riesgo de desarrollar diabetes. Pero también puede ser malo para tu cerebro como ya aprendimos un poco en el Brain Feeling: El Efecto del Azúcar en Nuestro Cerebro y en 5 Actividades diarias que Dañan Nuestra Memoria.
Una dieta alta en grasas saturadas y azúcares, la llamada dieta occidental, afecta las partes del cerebro que son importantes para la memoria y hacen la que las personas estén más ansiosas de consumir comida poco saludable, afirma el psicólogo Terry Davidson, director del Centro de Neurociencia Conductual de la Universidad Americana en Washington D.C.
Davidson, no empezó por estudiar qué es lo que la gente comía. En lugar de ello, estaba más interesado en aprender sobre el hipocampo, la parte del cerebro que juega un importante rol en la memoria. Podemos revisitar el Brain Feeling, con video incluido: El caso de Henry Molaison, ¿Qué pasa si nos extirpan el hipocampo?

Intentaba descubrir qué partes del hipocampo hacían qué. Lo hizo, estudiando ratas que tenían daños muy específicos en sus hipocampos, viendo qué era lo que les ocurría.
En este proceso, Davidson notó algo extraño. Las ratas con el hipocampo dañado cogían comida más a menudo que el resto de ratas, pero tan sólo comían un pequeño mordisco y después la tiraban.
Se dio cuenta que esas ratas no sabían que estaban llenas. Hecho que le llevó a afirmar que alguna cosa similar debería ocurrir en los cerebros humanos cuando las personas comen una dieta rica en grasas y azúcares. Davidson dice que hay un círculo vicioso entre las malas dietas y los cambios cerebrales.
Se ve apoyado por un estudio de 2015 del Journal of Pediatrics que demostró que l@s niñ@s obes@s tenían peores resultados en tareas de memoria que testeaban el hipocampo en comparación con aquell@s niñ@s que no presentaban sobrepeso.
Dice que si nuestro sistema cerebral se ve perjudicado por ese tipo de dieta, «es lo que hace difícil que paremos de consumir esa dieta […] pienso que la prueba es lo bastante sólida como para demostrar el efecto de estas dietas y de la obesidad sobre el funcionamiento cerebral y la función cognitiva»
La evidencia está creciendo. Una investigación del Centro de Cambridge para el Envejecimiento y la Neurociencia publicada en Julio, demostró que las personas obesas tienen menos materia blanca en su cerebro que las de sus semejantes; es como si sus cerebros fuesen 10 años más viejos.

Un estudio más reciente de la Universidad de Arizona apoya una de las teorías más importantes, una alta masa corporal está relacionada con la inflamación que, a la vez, afecta al cerebro.
Si entendemos cómo la obesidad afecta al cerebro y a la memoria, podremos usar esa relación para prevenir que las personas se vuelvan obesas, eso en primer lugar.
Lucy Cheke, psicóloga de la Universidad de Cambridge, nos da una idea de cómo hacer esto en su estudio publicado en Noviembre de 2016 en The Quarterly Journal of Experimental Psychology.
Sus investigador@s pidieron a gente obesa y gente delgada que llevasen a cabo un tarea de memoria consistente en una caza del tesoro virtual. Los sujetos debían ocultar algo en una escena a través de diversas sesiones en ordenadores, luego se les preguntaba qué habían escondido, dónde lo habían hecho y en qué sesión.

Las personas obesas se equivocaban de un 15 a un 20% más que las personas delgadas en todos los aspectos del experimento. Los hallazgos confirmaron lo que otr@s investigador@s habían visto en los roedores. Cheke afirma que: «esto aisla la memoria espacial, la de los objetos y la temporal, y aún más importante la habilidad de integrarlas […] que es uno de los aspectos más fundamentales de la memoria»

Si eres obes@, afirma, eres más proclive (de un 15% a un 20%) a no recordar dónde dejaste las llaves.
Davidson afirma que la dieta no es necesariamente el destino, «digamos que tengo un hijo y le doy una dieta alta en grasas y que demuestra una disfunción del hipocampo. Es@ chic@ no lo hará peor en la escuela.»
Pero añade que los procesos que ayudarán al niño a hacerlo bien, se verán dañados. Cuan esto pasa, el niño va a tener que trabajar más duro y motivado y, además, tendrá un camino más arduo para conseguirlo.
Cheke afirma que la relación entre la obesidad y el cerebro es un campo de investigación en alza, pero también podemos poner la obesidad en el punto de mirar de muchos otros modos.
Por ejemplo, si el problema es que la dieta de las personas obesas degrada su memoria y les hace más proclives a comer de más, si les ayudamos a que sus comidas sean más memorables (en el sentido que las puedan recordar) les ayudará a comer menos comida basura. Cheke menciona que ya existen algunas investigaciones mostrando que si comes mientras ves la tele, vas a comer más y serás más propens@ a estar hambrient@ durante la tarde, hecho que hará que comas más a la hora de cenar.
El no ver la tele mientras comemos es uno de «esos pequeños cambios que la gente puede hacer y que no incluyen mucho autocontrol, ni muchos sacrificios, pero que puede marcar una diferencia muy significativa en cuánto comemos».
Sea como sea, aunque estamos empezando a entender cómo la obesidad afecta al cerebro, no sabemos exactamente cómo ocurre, menciona John Gunstad, profesor y director del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad Estatal de Kent en Ohio.
Señala que la obesidad cambia muchas cosas en nuestro cuerpo: el nivel de azúcar en sangre, el sistema cardiovascular, los niveles de inflamación en el cuerpo. Cualquiera de estas cosas puede afectar al cerebro.
Gunstad afirma que, «el efecto de la obesidad en el cerebro no se debería a una causa en concreto, sino a una combinación de varias de ellas»
Paralelamente, Davidson continua adelante estudiando cómo romper el círculo vicioso de la dieta occidental, de la obesidad y de los cambios en el cerebro. Mantiene que la idea detrás de que la obesidad afecta al cerebro es clara.
Menciona, «me sorprende que la gente cuestione los efectos negativos de la obesidad en el cerebro, dado que tiene efectos negativos en muchos de los otros sistemas del cuerpo. […] ¿Por qué el cerebro debería ser un caso aparte?«
Una Infografía: Obesidad y Enfermedades Asociadas
Buen Sábado!! 🙂
Artículo Original: «The Wrong Eating Habits Can Hurt Your Brain, Not Just Your Waistline» en NPR
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