Hoy es viernes. La semana ha pasado rápido. ¿Dónde ha ido el tiempo?, esta es una pregunta que nos hacemos a menudo. La esperanza de vida media es 79 años, pero muchas personas viven mucho más que otras mientras están en la tierra; no en términos físicos (79 años) sino en sus mentes.
El dicho popular afirma que el tiempo pasa volando cuando nos los pasamos bien. Y que éste se ralentiza en momentos de experiencias extremas.
A las películas les encanta capturar a cámara lenta el modo en que ocurren las cosas en un evento que amenace a la vida y no se trata tan sólo de una metáfora visual. Una vez el tenista John McEnroe describió este fenómeno: «Las cosas se ralentizan, la pelota parece mucho más grande y tienes la sensación que tienes mucho más tiempo«.
Si pudiésemos confiar en nuestra experiencia sobre el paso del tiempo, no necesitaríamos mirar a nuestros relojes tan a menudo. El tiempo subjetivo es cualquier cosa menos estable, hecho que nos abre una oportunidad de manipularlo a nuestro antojo hasta cierto punto.
Aprendamos cómo ajustar dos de los factores clave que, según se ha demostrado, influencian cómo experimentamos el tiempo:
- La Atención
- La Agitación Emocional
Presta Atención
Es simple. El tiempo va más lento cuando prestamos atención a las cosas. Se ha descubierto que cuando nuestra atención se centra en alguna cosa nueva; el tiempo parece pasar más despacio.
Piensa en la última vez que andaste o te dirigiste hacia un lugar en el que nunca habías estado. Todo era nuevo, y probablemente pasaste mucho más tiempo concentrándote y pensando en todo lo nuevo que te estaba rodeando. Después, al volver de ese lugar, el tiempo parecía pasar más rápido que en la ida.
En este caso, el cambio de tu atención se debe a que te has encontrado con cosas nuevas, proporcionadas por la nueva situación. Obviamente no podemos caminar de nuevo por ese camino una segunda vez como si fuese la primera.
Pero existe un modo diferente de prestar atención sobre el que sí tenemos control: podemos darnos cuenta de lo que está pasando en cualquier momento tan sólo siendo más conscientes. La meditación consciente (mindfulness meditation), de la que se ha demostrado es capaz de ayudar a las personas a prestar más atención al momento presente, puede ralentizar el modo en que percibimos el tiempo.
Por otro lado, si te has centrado en alguna tarea, el tiempo pasa zubando. A lo mejor es fin de semana y, finalmente, has encontrado el momento de hacer todas esas tareas pendientes, de modo que el domingo termina antes de que te des cuenta de ello.
Cuando nos concentramos tan sólo en una cosa y estamos ampliamente desconectados del resto, es cuando el tiempo pasa rápido. L@s neurocientífic@s han demostrado que cuánto más ocupada esté nuestra atención, más rápido percibimos el paso del tiempo.
Así que, para acelerar o ralentizar nuestro sentido del paso del tiempo, una de las palancas a estirar (en cualquiera de las dos direcciones) es cuánta atención y de qué tipo le prestamos a una experiencia dada.
Apasiónate
Una segunda palanca es lo que l@s psicólog@s denominan «agitación emocional«. Cuando nuestras emociones están altamente ocupadas y la sangre nos empieza a palpitar, somo más capaces de experimentar más tiempo.
Por ejemplo, cuando investigador@s mostraron a participantes de estudios caras enfadadas o caras felices (las dos son emocionalmente excitantes), se cofirmó que, esto últimos veían las caras por más tiempo cuando la cara observada no mostraba emoción alguna. Además, los escáneres cerebrales de l@s participantes mostraban un patrón diferente de actividad en las partes del cerebro de las que se cree que están involucradas en la percepción subjetiva del tiempo.

Esto explicaría porqué atletas cómo McEnroe sentirían el tiempo más lento durante competiciones de alto rendimiento y alto compromiso emocional.
Otro estudio llevó esta experiencia a un nivel extremo y sometió a l@s participantes a una caída libre, con el fin de asustarles mucho. El objetivo era determinar si realmente el hecho de estar asustad@ ralentiza el tiempo. Pues seguro, de hecho el 36%. Mientras que l@s participantes al caer a través del aire no mejoraban en la percepción a cámara lenta de las cosas si que afirmaban que la caída duró mucho más de lo que en realidad lo hizo.
Esto no quiere decir que, si quieres experimentar un tiempo más lento tengas que hacer skydive 🙂 .
De modo que, si quieres experimentar más tiempo del que realmente dispones, exponte a ti mism@ a cosas nuevas y sé más consciente de lo que te rodea. Si puedes entrenar tu cerebro a ser más consciente del entorno tendrás más posibilidades de experimentar muchas más cosas.
O, puedes apasionarte de vez en cuando. Ya sea a través de emociones positivas (excitación) o negativas (ira); añadiéndoles más agitación a esas experiencias. Este simple hecho va a hacer que sientas que has tenido más tiempo del que realmente ha pasado.
Y, en referencia al axioma que afirma que «el tiempo pasa cuando te lo estás pasando bien«, parece ser que es mucho más cierto de lo que podríamos pensar. Se ha demostrado que solemos tener la sensación que, después de habérnoslo pasado bien, hemos tenido más tiempo.
De modo que, ralentiza el tiempo bajo tu propia responsabilidad. Habrá veces en las que quieras experimentar más vida o pensar más en profundidad sobre todo aquello a lo que le quieres prestar atención. Otras veces, simplemente querrás pasártelo bien.
Buen Viernes!! 🙂
Artículo Original: «How To Trick Your Brain To Slow Down Time» en FastCompany
Debe estar conectado para enviar un comentario.