En el Brain Feeling de hoy me gustaría aprender 3 habilidades de la vida en las que no solemos recaer y que tienen bastante importancia:
- Parar de tomarse las cosas personalmente
- Cómo dejarse persuadir y cambiar de opinión
- Cómo actuar sin saber el resultado
Para ello seguiré las recomendaciones del autor del artículo original, Mark Manson que empieza pidiéndonos que imaginemos por un instante que es nuestro padre. Aún teniendo en cuenta las connotaciones que puede acarrear este hecho, nos pide que durante la lectura le llamemos «Papá», ¿list@s?

Ahora imaginemos que estamos teniendo una de esas charlas íntimas padre-hijo que, a veces, idealizamos. Haciendo una cerveza en la terraza, escuchando a los grillos y observando cómo la luna roza el horizonte. A lo mejor estamos riendo sobre alguna película que acabamos de ver o sobre esa vez que tiramos el gato al lavabo cuando teníamos 5 años.
Y en ese marco incomparable, imaginemos que nuestro padre mediante la inspiración divina decide impartirnos esa lección esterotipada de sabiduría paterna que tiene como fin acabar de decorar el interior de nuestra mente. Imaginemos que se gira hacia su amad@ hijo/hija/persona-de-género-ambiguo-que-no-acabo-de-entender-del-todo-pero-que-aún-amo-y-acepto-incondicionalmente y comparte con ellos toda su sabiduría paterna, las tres aptitudes de la vida que nadie nos ha enseñado antes.
Y entonces le dicimos, «¿Qué pasa papá? De golpe suenas como un teletienda«
Y papá dice, «Mmm, si…» para luego lanzarse de modo desesperado a la conversación de todos modos, porqué, ¡qué diantre! es nuestro padre y lo tenemos que escuchar, queramos o no.
Así que sí, imaginemos que todo eso está pasando. Y luego imaginemos que lo que sigue es mas o menos lo que nos dice.
Primera Habilidad Importante de la Vida: Cómo parar de tomarse las cosas personalmente
Un efecto colateral desafortunado de la consciencia que reside en nuestros cerebros es que todo lo que experimentamos en nuestras vidas nos incumbe a nosotr@s mism@s de algún modo. Ese coche que te ha cerrado esta mañana. Las noticias que vimos ayer por la noche. El crecimiento desmesurado de nuestra compañía durante este año que nos ha dado más dinero.
Como resultado, tendemos a tener un sesgo inherente hacia la asunción que la mayoría de cosas que nos ocurren son sobre nosotr@s.
Pero he aquí el notición: no porque experimentemos algo, o porque algo haga que nos sintamos de algún modo o porque nos preocupemos de algo, significa que ese algo sea sobre nosotr@s.
Es difícil de recordar. Y no solamente porque estemos dentro de nuestros cerebros y de nuestros cuerpos. Sino porque hacer que todo sea sobre nosotr@s, de ciertos modos, sienta bien por periodos cortos de tiempo.
Sienta bien pensar que todo lo bueno que nos ocurre en nuestras vidas nos pasa porque seamos personas buenas e increíbles. Pero el precio que pagamos por esas buenas experiencias sobre nosotr@s es que también hacemos que las malas sean sobre nosotros (interpretamos que todas las cosas malas que nos ocurren en la vida son también sobre nosotr@s).
Y como resultado, nos colocamos en una montaña rusa de autoestima, donde nuestra valía sube y baja, experimentando subidas vertiginosas y bajadas peligrosas con la despiadada marea de la mierda que esté ocurriendo en ese momento.

Cuando las cosas son buenas, tu eres el regalo de los dioses a la tierra que merece ser aplaudid@ y reconocid@ a cada instante. Cuando las cosas son malas, eres la víctima autocompasiva que ha sido tachada de errónea y merece algo mejor.
Lo que es constante es este sentido de merecer. Y precisamente éste sentido constante es lo que nos convierte en vampir@s emocionales, un agujero negro antisocial que tan sólo consume energía y amor de aquell@s que están a su alrededor sin ofrecer nada a cambio.
¡Vale!, puede sonar un tanto dramático, pero hemos lo hemos pillado ¿no?
Cuando la gente nos critica o nos rechaza, tiene más que ver con ell@s que con nosotr@s -sus valores, sus prioridades, su situación vital-. Siento desilusionarte, pero simplemente las otras personas no piensan tanto en ti (al fin y al cabo, están demasiado ocupadas intentando creer que todo es sobre ell@s)
Cuando algo que tú haces fracasa, no significa que seas un fallo como persona, simplemente eres una persona que a veces falla.
Cuando algo trágico ocurre y nos sentimos dañad@s horriblemente, tanto que el dolor nos hace sentir convencidos que lo ocurrido es sobre nosotr@s, recuerda que las adversidades son parte de elegir vivir, que tragedia de la muerte es lo que da sentido a la vida, y que ese dolor no tiene prejuicio alguno (nos afecta a tod@s por igual).
Merecer o no merecer no es una parte de la ecuación.
Segunda Habilidad Importante de la Vida: Cómo dejarnos convencer y cambiar de opinión
La mayoría de las personas, al ver que sus creencias son cuestionadas, se agarran a ellas como si se tratasen de un chaleco salvavidas en un barco que se está hundiendo.

El problema real es que, a menudo, son sus creencias las que son el barco que se está hundiendo.
Para la mayoría de nosotr@s, la gran parte del tiempo, nuestras creencias no son simples ideas que apoyamos incondicionalmente, sino que son componentes clave de nuestra identidad. Y cuestionar esas creencias es fundamentalmente cuestionar quienes somos como personas… lo que, por si no lo sabías, es realmente doloroso.
Así que mejor ponemos nuestros dedos en las orejas y gritamos «La la la la la la la» una y otra vez esperando que esa prueba desafortunada de que estamos equivocad@s se desvanezca por arte de magia.

Tomemos como ejemplo una persona que no cree en el cambio climático. Much@s de ell@s no son estúpidos. Entienden lo que dice la ciencia. Entienden los argumentos. El problema es que en algún momento del camino, han decidido que que no tan sólo el cambio climático es una cosa que creían mentira sino que la negación del cambio climático les representaba como personas.
Y una vez han entrado en ese territorio, nunca los vamos a poder sacar de allí.
Pero este apego a nuestras creencias no tan sólo afecta a la ciencia y a la política. Afecta también la vida diaria de la mayoría de las personas.
Un ejemplo: quedar para una cita. Mark afirma haber visto hombres que aún se aferran a las creencias sobre sí mismos en su formación académica. Pero tienen la firme creencia que las mujeres no están interesadas en intelectuales sino lo que necesitan es mucho dinero o un coche potente para poder amar al hombre. ¿Retrógrado? No, lo siguiente. A lo mejor esas creencias les servían para explicar sus vidas a los 16 pero a los 32 esas mismas creencias estaban echando por la borda todas sus citas.
Vamos a estar equivocad@s muchas veces en la vida. De hecho, la gran parte del tiempo vamos a estarlo. Y de muchos modos, nuestra habilidad para tener éxito y aprender a largo término es directamente proporcional a nuestra habilidad en responder a nuestra ignorancia y fallos.
Te estarás preguntando, ¿Cómo hago esto?
No hay un cómo. Todo está en tu cabeza. Literalmente, no hay nada que hacer aquí a parte de probar nuevas perspectivas y preguntarnos, «¿Qué pasaría si [aquello contrario a mi asunción] fuese cierto sobre mi? ¿Qué significaría?» Y, luego, atravesar físicamente la respuesta.
De buenas a primeras, eso asusta. Tu cerebro se resistirá. Pero, por supuesto, aquí es donde la práctica de la habilidad entra en escena.
Probemos esto: escribamos 20 cosas de nuestra vida hoy sobre las que potencialmente podríamos estar equivocad@s. Y de nuevo, no me refiero tan sólo a cosas materiales. Estoy seguro que mi conocimiento de la física hace aguas por todas partes. Pero esa no la cosa más importante sobre la que debo cambiar mi opinión.
A lo que vamos es a cuestionar algunas de esas asunciones profundas de nuestra identidad (no soy una persona atractiva, soy un@ vag@m no se cómo hablar a las personas, nunca seré feliz porque me siento estancad@ en mi vida, tengo la sensación que el mundo va a terminar el próximo martes,…)

Cuanto más emocionalmente cargada esté la asunción, más importante es anotarla y retarla.
Luego, cuando ya tengamos las 20, revisemos la lista y anotemos que significaría en nuestras vidas si esas asunciones estuviesen equivocadas.
De nuevo, asusta de entrada. No vamos a querer cuestionar muchas de nuestras asunciones. Pero pensemos del siguiente modo: ¿como podemos confiar en nuestras propias creencias si nunca las hemos retado, si nunca las hemos visto desde el otro lado? Lo que queremos desarrollar es esta habilidad de ver ese otro lado. Aprovechemos esas ocasiones que se nos presentan para saltar sobre él y ver las cosas desde otra perspectiva.
Tercera Habilidad Importante de la Vida: Cómo actuar sin saber el resultado
A lo largo de nuestras vidas, casi todo tiene un resultado claro adjunto. En la escuela, hacemos redacciones porque es lo que l@s profesor@s nos han pedido que hagamos. En casa, limpiábamos nuestra habitación porque nuestros padres nos premiaban por hacerlo. En el trabajo, hacemos lo que nos pide nuestr@ jef@ porque por ello es por lo que se nos paga.
No hay incertidumbre. Tan sólo actuamos. Que el profesor quiere una redacción, la escribimos. Que mamá quiere una habitación limpia y ordenada, pues la limpiamos y la ordenamos.
Pero la mayoría de la vida (y eso es la vida real) no funciona de este modo. Cuando cambiamos de carrera, no hay nadie que nos diga cuál es la correcta para nosotr@s. Cuando decidimos comprometernos con alguien, no hay nadie que nos diga que esa relación nos va a hacer felices. Cuando decidimos empezar un negocio o trasladarnos a un nuevo país o comer donuts en lugar de un bocadillo a la hora del desayuno, no hay modo alguno (absolutamente cierto) que lo que estamos haciendo se lo «correcto» o no.
Así que lo evitamos. Evitamos tomar esas decisiones. Evitamos movernos y actuar sin conocer. Y dado que no podemos actuar sobre lo que no conocemos, nuestras vidas se convierten en algo increíblemente repetitivo y seguro. En definitiva, evitamos al máximo salir de nuestra zona de confort.

Mark afirma recibir un montón de correos preguntándole cómo encontrar el propósito de la vida. O cómo saber si están en la relación correcta o no. O cómo saber si están llevando a cabo el cambio correcto o no. Y no los contesta porque, según afirma, no tiene ni la más remota idea.
Para alguien, nadie más puede decidir qué es bueno en su vida. Pero el hecho de que estemos preguntado a alguien por internet o buscando un libro o algo parecido, es en sí mismo parte del problema (está buscando cómo conocer el resultado antes de actuar).
Hay una escena de El Caballero Oscuro dónde el Joker comparte su filosofía de vida. Es curioso que Mark lo comparta en su artículo ya que se trata de una de mis escenas favoritas también:
«Tan sólo hago cosas»
Dejemos por un momento de lado todos los sabores del Joker (terrorista, asesino en masa, atracador armado, asesino político), pero aquí tiene un poco de razón.
«Los maquinadores intentan controlar sus pequeños mundos…»
El hecho es que: a veces debemos hacer cosas sin ninguna otra razón que hacerlas. Porque existen. Como dijo George Mallory al preguntarle sobre por qué quiso subir al Everest: «Porque estaba allí«
Añade un poco de caos a tu vida. Cierta cantidad es saludable. Estimula el crecimiento, el cambio, la pasión y la excitación.
Desarrollar la habilidad de simplemente hacer cosas sin ninguna otra razón que la curiosidad, el interés o, incluso, por aburrimiento -la habilidad de hacer cosas sin ninguna expectativa establecida, sin resultado, premio, productividad o fanfarria- nos va a entrenar mejor para esas ambiguas decisiones vitales que se nos puedan presentar. Nos entrenará a simplemente empezar algo sin tener ni idea de hacia dónde va ese algo.
Y mientras que esto resultará en miles de pequeños fallos, también lo hará en tus logros vitales más grandes.
Puedes empezar por algo pequeño. Abre meetup.com y atiende a algo sin ninguna otra razón que lo que hay allí te parezca interesante. Ve a Udemy o a Khan Academy e inscríbete a algún curso sólo porque te parezca que mole. Llama a un@ amig@ o familiar y diles «Enseñame algo que pienses que es increíble», y sigue desde eallí.
Por supuesto, hay una trampa sutil aquí. 😈
Muchos de nosotros saldremos y pensaremos, «Bien papá [Mark], me dijo que necesito empezar a hacer cosas de modo espontáneo de modo que pueda tomar grandes decisiones en mi vida a pesar de la incertidumbre. Así que vamos a ver que cosa espontánea puedo pensar y planificar hoy..»
Fallamos!
Incluso antes de empezar hemos fallado. No hay nada de productivo en esto. No hay progreso. Para de hacer que cualquier cosa que hagas tenga como objetivo alcanzar alguna meta.
O, dicho de otro modo: Sé buen@ en gastar tiempo de modos impredecibles.
Bueno dejemos a Mark, que se excusa en dejarnos ya que tiene una partida de póquer con un grupo aleatorio de amigos y desconocidos que organizar.
Si queréis ampliar un poco más os recomiendo el libro de Mark: The Subtle Art of Not Giving a Fuck: A Counterintuitive Approach to Living a Good Life.
Buen Miércoles!! 🙂
Artículo Original: «3 IMPORTANT LIFE SKILLS NOBODY EVER TAUGHT YOU» en MarkManson.net
Debe estar conectado para enviar un comentario.