«La Contradicción»
Increiblemente, después de pasarse 18 meses trabajando en la hípica en New Hampshire, Gage partió hacia América del Sur en 1852. Estuvo mareado todo el viaje. Había sido contratado por un emprendedor con la esperanza de avanzarse a la fiebre del oro en Chile y, una vez en tierra, Gage acabó conduciendo diligencias por las escabrosas montañas entre Valparaiso y Santiago. Probablemente estaréis pensando en cuántos pasajeros que subieron al autobús conocían sobre el pequeño accidente de su conductor de un solo ojo, pero hizo este trabajo durante 7 años.

Su ya precaria salud le obligó a dejar Chile, y en 1859 cogió un barco de vapor y se trasladó a San Francisco, cerca de donde su familia se había trasladado. Después de unos meses como trabajador en un granja, donde parecía haber mejorado, un duro día de labrado (a principios de 1860) se lo llevó por delante. Tuvo un ataque esa misma noche durante la cena. Murió el 21 de Mayo de 1860, a los 36 años de edad; después de haber sobrevivido al accidente casi 12 años. Su familia lo enterró dos días después, posiblemente con su querida vara.
La historia de nuestro diligente capataz debería acabar aquí (una pequeña y oscura tragedia de pueblo); pero no para el Dr. Harlow.
Había perdido la pista a Gage años atrás, pero consiguió la dirección de la familia de Gage en 1866 y escribió a California para pedir noticias. Después de muñir a detalles 🙂 a la familia, Harlow se impuso a Phebe (la hermana de Gage) para abrir la tumba y salvaguardar la calavera de Gage en 1867. En el momento de la exhumación estaban presentes: Phebe, su marido, el doctor de su familia, el tanate del pueblo y el Dr. Coon, alcalde de San Francisco; expectantes para echar un vistazo al interior de ataúd. Meses más tarde, la familia de Gage entregó en mano la calavera y la vara al Dr. Harlow en Nueva York. Finalmente Harlow, escribió un informe completo del caso que incluía prácticamente todo sobre Gage y su salud mental y su estancia en Sur América.
La mayoría de los detalles de la vida de Gage, omiten Chile. Incluso McMillan no supo de su existencia durante décadas. Pero en los los últimos años, se ha convencido de que Chile encierra la clave para entender a Gage.
La epifanía le sobrevino mientras estaba viendo al marido de la Reina Isabel (el Príncipe Philip), en carreras de carros en la tele una noche.
Philip, conducía carros de caballos del mismo modo que Gage hizo y la complejidad del trabajo de las riendas así como la dificultad de la maniobras; provocó un vuelco en MacMillan. El conductor controla cada una de las riendas de sus caballos con un dedo diferente. Imaginemos conducir un coche donde cada rueda tiene su propia dirección. Aún más, las pistas por las que Gage conducía estaban a rebosar, hecho que provocaba que tuviese que hacer paradas rápidas y esquivar con rapidez y, porque posiblemente tenía que conducir durante la noche, tenía que memorizar las rutas y sus problemas y los bandidos. Además, presumiblemente, cuidaba a los caballos y cobraba los pasajes. Por no mencionar que también debía de estar aprendiendo Español en Chile.

Todos estos hechos, llevan a MacMillan a afirmar: «El hecho de que alguien con un comportamiento impulsivo e incontrolable; llevando a cabo tareas tan complejas, me hizo pensar que había una contradicción»
MacMillan persiguió su corazonada y, después de repasar repetidamente la cronología vaga del informe de Harlow, se convenció que los problemas de comportamiento de Gage eran temporales y que Gage recuperó algunas de sus facultades mentales perdidas.
Hay pruebas independientes que lo demuestran. En 2010, Matthew Lena (un Ingeniero Informático colaborador de MacMillan) encontró una mención de un doctor del siglo XIX que vivía en Chile y que conocía bien a Gage: «Estaba disfrutando de su buena salud […] sin ningún impedimento en sus facultades mentales.» Para ser clar@s, MacMillan no cree que Gage se recuperara mágicamente de todos sus problemas y volviese a ser él mismo. Pero sí que esta convencido que el capataz pudo reconstruir una vida normal.
Si tan sólo Gage hubiese vuelto, sería un mensaje superpotente de esperanza. El conocimiento neurocientífico moderno aún da más apoyo a la plausibilidad de la recuperación de Gage.
Antaño, l@s neurocientific@s creían que las lesiones cerebrales causaban déficits permanentes: una vez perdida una facultad, ésta no volvía. Cuanto más avanza el tiempo se reconoce que el cerebro adulto puede reaprender facultades perdidas. Se trata de la habilidad de cambio de nuestro cerebro, LA PLASTICIDAD CEREBRAL, que se mantiene aún un poco misteriosa. Pero el hecho es que el cerebro puede recuperar funciones perdidas bajo ciertas circunstancias.

En concreto, MacMillan sugiere que la vida castrense a la que Gage se sometió en Chile ayudó a su recuperación. Las personas con daño en el lóbulo frontal normalmente tienen problemas para completar tareas dado que se distraen con facilidad, del mismo modo que tienen problemas con la planificación.
Pero en Chile, Gage nunca tuvo que planificar su día: la preparación del carro incluía las mismas tareas cada día, y un vez entraba en la carretera, simplemente tenía que mantenerse conduciendo hasta la hora de llegar a casa. Esta rutina habría introducido estructura en su vida y lo habría mantenido concentrado.
Un régimen similar podría, en teoría, ayudar a otras víctimas con daños cerebrales parecidos a los de Gage. Un paper de 1999 titulado «Transcranial Brain Injuries Caused by Metal Rods or Pipes over the past 150 Years«; hace crónica de una docena de casos similares incluyendo un juego de beodos al estilo «Guillermo Tell». Otro caso sucedió en una construcción en Brasil en 2012, cuando una barra de metal entró por la nuca de un hombre, después de una caída de 5 pisos, y salió entre sus dos ojos. De modo más común, lesiones similares se producen en el campo de batalla o en los accidentes de coche.
De todos modos, la recuperación de Gage es un mensaje cargado de esperanza sobre la capacidad de regeneración de nuestra máquina más compleja.
No os perdais el próximo y último capítulo de Duttonsville.
Buen Viernes 🙂