En este Brain Feeling, aprenderemos cómo actua nuestro cerebro frente a las disculpas y al perdón. Se centra en un ejemplo de relación de pareja, pero lo podemos extender perfectamente a cualquier ámbito de nuestras vidas. No os quiero hacer spoilers así que, espero que lo disfrutéis y os sorprenda cómo me ha ocurrido a mí.
Siempre hemos oído decir que «Amar significa nunca tener que decir que lo sientes». La verdad es que tod@s necesitaremos decir «Lo Siento» en algún momento -cuando no en muchos- para ser capaces de construir y mantener una relación sana. Cada un@ de nosotr@s tiene su propio estilo de disculparse. Estar al tanto tanto del estilo propio cómo del estilo de tu pareja puede ayudar a determinar el trabajo que necesitaremos para dominar el momento de la disculpa.
Los Tipos de ‘Disculpador@s’
Partamos de este escenario:
«Juan tiene una importante cena de negocios con su jef@ y con nuevos clientes potenciales. Cada un@ atenderá con su cónyugue o pareja, si tienen. Él le ha pedido a su esposa Claudia que vaya con él. Le ha insistido en que todo tiene que ir bien porque él y su jef@ tienen mucho que demostrar a los nuevos clientes. El día de la cena, Claudia llega 45 minutos tarde.»
Partiendo de esta situación, encontramos 3 tipos de personas a la hora de pedir perdón:
- El Sobre Disculpador (Over-Apologizer): Claudia sería una sobre disculpadora si no tomase la responsabilidad de su tardanza pero sin embargo pidiese disculpas abundantemente. A lo mejor tenía mal la hora o el sitio de la cena. O hubiese llegado tarde por circunstancias fuera de su control como un accidente de tráfico o una avería en el metro. Aunque con una simple excusa bastase, el sobre disculpador se disculparía durante toda la cena y lo continuaría haciendo después del evento.
- El Bajo Disculpador (Under-Apologizer): Si Claudia hubiese perdido la noción del tiempo y hubiese estado en el trabajo hasta tan tarde que no hubiese tenido tiempo suficiente para llegar a la cena se habría buscado la ruina. Una disculpa considerable estaría en regla. Pero si no la pide, sería una bajo disculpadora. Posiblemente por que no ha percibido porqué tiene que hacerlo. O por el temor a que Juan no la perdone.
- El Que Mete La Pata Cada Vez que Pide la disculpa (can’t-get-it-right apologizer): A lo mejor Claudia, después de estar hasta tarde en el trabajo sabe que debe una disculpa, pero no encuentra las palabras adecuadas. En este caso podría ponerse a la defensiva ‘Lo siento, he llegado tarde; pero es que mi trabajo es importante también’ o culpar a Juan ‘Lo siento, tan sólo he llegado hoy tarde y tú siempre lo haces’. Las disculpas de este tipo son ideales para engordar el conflicto antes de encontrarle una solución.
¿Te reconoces en alguna de estas tres categorías? ¿Y a tu pareja? Posiblemente, en función de la situación somos de un tipo o de otro. Saber a qué tipo tendemos más, y bajo qué circunstancias, nos puede ayudar a transformar la ira y la vergüenza en entendimiento y empatía. Si somos capaces de hacerlo entonces toda situación puede ser devuelta a su curso normal.
La Ciencia de la Disculpa
Este apartado en el artículo original se titula la «The Science of Sorry», no he encontrado un sustantivo equivalente en castellano dado que sorry vendría a se sentimiento de culpa, de estar arrepentid@…
Como tantas otras cosas, la disculpa es un arte así como una ciencia. ¿Cómo funciona la disculpa? ¿Qué es lo que sabemos sobre la ciencia de la disculpa y cómo funciona?
Sabemos que, en la mayoría de los casos, cualquier disculpa es mejor que ninguna cuándo sabemos que ese hecho mejora lo que tu pareja piensa de ti y tu relación. En este análisis lingüístico de los diferentes elementos de una disculpa, se les pidió a las personas que leyeran una historia donde los personajes se disculpaban usando alguno de estos métodos: expresando remordimiento, tomando responsabilidad, prometiendo mantener su palabra en el futuro y/o ofreciéndose a reparar la situación. Cuántos más de estos elementos se encontraban en la disculpa más efectiva era ésta. Una buena disculpa incluye remordimiento implícito o explícito.
Las disculpas además, dejan a las personas una buena impresión del que se disculpa (comparado con el que no lo hace), considerándolos sinceros y concienzudos.
Las disculpas promocionarían el perdón mediante una combinación de procesos psicológicos y biológicos.
En un estudio de imagen sobre el perdón, se les pidió a los participantes que respondieran de las decisiones de otros mientras se sometían a escáneres cerebrales (fMRI). Cuándo una persona recibe una disculpa hay un aumento de la actividad cerebral en el hemisferio izquierdo; concretamente en un circuito neural que incumbe las regiones frontales, parietales y temporales (mapa del cerebro), las mismas áreas del cerebro que actúan en la empatía.
La empatía es capaz de ponernos en el lugar de otra persona para ver el mundo cómo ésta lo ve. Seguramente exista una relación entre la disculpa y el perdón que pasa por la empatía.
También sabemos que el perdón, especialmente en relaciones a largo plazo, mejora el bienestar psicológico y físico. La neurociencia congnitiva ha demostrado que cuando alguien perdona a alguien, los recuerdos de la ofensa son más propensos a ser olvidados. Esto ocurre cuando nostr@s intencionadamente decidimos que se desvanezca de nuestra cabeza. Perdona y Olvida.
Perdonar y olvidar requiere trabajo de ambos lados. El tipo de trabajo dependerá en qué tipo de disculpadores seamos nosotros y nuestra pareja.
Buen Sábado!
Artículo original: «What type of apologizer are you?» en Psychology Today.
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