Hola Brain Feelers, esté es el último Brain Feeling de este año 2020. Primero de todo, daros las gracias por acompañarme estos 6 años, incluido el -casi- año entero que estuve sin publicar nada.
El Brain Feeling de hoy, puede tener tintes de autoayuda (ya sabéis que intento alejarme de ella). Os explico el por qué creo que este me puede ser útil 🙂
Este mes que viene, después de casi 8 años he decido cambiar de empresa. Para aquell@s que no lo sepáis soy Ingeniero Informático. Después de casi 5 años sin apenas tener contacto de primera línea con el mundo tecnológico (dedicándome a la gestión de equipos, personas y proyectos) ni con las nuevas tecnologías, tengo la gran oportunidad de poder cambiar de trabajo y de reciclarme.

Este hecho me preocupa sobremanera, supone un reto importante (algun@s pensarán que el hecho de ir de la gestión a la tecnología es «un paso atrás» en una carrera profesional -bueno, el tiempo dirá-), un reto al que se le debe sumar mi edad: 39 años, una edad que en el mundo de IT (según algun@s) ya es ser viejun@ para dedicarse a la tecnología; os recomiendo este artículo: «No Country for Old Developers«
La experiencia me ha demostrado que el mercado ha cambiado y que, frente a los 25 años (como mínimo) que me quedan de trabajar, si quiero mantenerme con un sueldo y pagar mis facturas una de las cosas que tengo que hacer es volverme a poner manos a la obra y aprender, aprender y aprender e intentar crecer en el eje técnico y mantenerme actualizado con el añadido de que me guste lo que hago. Ya no son tan imprescindibles los managers, team leaders, etc. sino que ahora la juventud aprieta y ha logrado imponer la tecnología frente a la gestión tradicional (que continua siendo necesaria -aunque requiere de menos recursos-) aportando sus propios métodos de gestión.
En la nueva empresa encontraré expert@s técnic@s y es eso lo que me preocupa: no poder cumplir expectativas y quedarme atrás, pues ell@s ya están en el tren, el tren que espero y que debo coger a tiempo.
Eso me hace pensar en muchas cosas: ¿qué esperarán de mí mis nuevos Team Leads? (experimentados en la tecnología actual y más jóvenes que yo), ¿podré cumplir las expectativas y ponerme rápidamente a su nivel?, en definitiva: ¿podré ser cómo ell@s? (fijaos que no conozco a ningun@ de ell@s aún y todas las preguntas que me hago).
Aquí es donde cometo el éste no otro que ponerme como objetivo ser como es@s chic@s, profesionales y experimentados en las tecnologías actuales.
Tengo que dejarme de comparar con ell@s, y tengo que labrarme mi camino, hacerlo a mi modo y seguirlo.
Yo mismo 🙂
Así que he encontrado esta charla TED de Dean Furness titulada: «To overcome challenges, stop comparing yourself to others» (Para superar tus retos, para de compararte con l@s demás).
Cuando paramos de compararnos con l@s demás, podemos lograr grandes cosas, afirma Dean Furness, atleta en silla de ruedas. Él nos explica cómo, después de perder el uso de sus piernas en un accidente, descubrió una mentalidad nueva y fuerte orientada a redefinir sus «media personal» y a ser mejor poco a poco.
La Transcripción de la Charla

Parece que nos han evaluado casi toda nuestra vida, de pequeños, por nuestro peso y estatura crecemos y entonces se evalúa nuestra velocidad y nuestra fuerza. Incluso en la escuela se nos evalúa y ahora se evalúa nuestro sueldo y rendimiento en el trabajo. Parece que estos estándares personales se usan para medir nuestros logros en comparación con nuestros colegas. Y creo que deberíamos verlo desde otra perspectiva. Un estándar personal es solo eso, algo personal y es para ti mismo. Y si uno se enfoca en eso y trabaja en ello puede lograr cosas increíbles.
00:39
Esta idea me vino una tarde de diciembre de 2011. Apenas había salido a hacer mis tareas de la tarde de alimentar los caballos. Tomé mi tractor, y unos minutos más tarde, una paca de heno de 1.5 m de alto y de 317.51 kg se cae de la cargadora y me aplasta contra el asiento del tractor, quebrándome la quinta y sexta vertebra. Seguía consciente, sentí un zumbido recorrer mi cuerpo, y enseguida supe lo que había pasado. Mis manos alcanzaban mis piernas pero no respondían al contacto con nada. De hecho, no podía sentir nada desde el centro de mi pecho hacia abajo.
01:14
Así me encontraba, a casi 30 m de mi casa, con mis brazos alrededor del volante mantuve la compostura y esperé ayuda. Contrario a lo que vemos en televisión o películas, por más que traté de que lo perros fueran a casa por ayuda…
01:29 (Risas)
01:30
Ellos tan solo me miraban fijamente. 45 minutos después mi esposa llega y la escucho salir de la casa y como de costumbre, ofrece su ayuda »¿Necesitas ayuda? y yo, »Sí». Hubo una pausa y la escucho gritar, »¿Ayuda de emergencia?» de nuevo, grito, »Sí». Y de pronto estaba disfrutando mi primer viaje en helicóptero directo al hospital.
01:53
La herida no era tan dramática ni gráfica. Solo me quebré un hueso o dos. Durante el proceso me dijeron que tal vez no volvería a caminar. Se volvio muy normal usar una cuerda para levantarme de la cama, porque mis músculos abdominales ya no servían. O usar una tabla para pasar de la cama a la silla de ruedas, o esperar a que la gente me alcanzara cosas. Todo lo que aprendí y sabía de mi estatura mi fuerza, mi equilibrio y mi movilidad se había esfumado. Mis estándares personales se habían reajustado.
02:28
Pueden estar seguros de que entonces me evaluaban más que nunca, médicos y enfermeras, seguro pero quizá más yo en mi propia cabeza. y terminé comparando lo que consideré podría hacer de ahora en adelante con lo que podía hacer antes. Y eso me dejó muy frustrado. Fue cuestión de la firme insistencia de mi esposa, quien decía, »Espabílate», antes de siquiera poder avanzar. Y pronto entendí que debía olvidar a la persona que era antes y lo que podía hacer entonces. Casi tuve que simular que no era yo. Y me temo que, de no haberme dado cuenta de esto, mi frustración se hubiera desarrollado en algo mas díficil de superar.
03:08
Con fortuna, unas semanas después, me enviaron a un hospital con especialidad en espina dorsal a 10 horas de casa, y sin saberlo, el primer día de terapia y la primera sesión tuvimos una clase de ejercicio y un grupo se dividió en equipos para ver qué equipo podía hacer más repeticiones de peso. Todos hemos estado igual, sin ir al gimnasio en un año o dos. Me incluyo. Entonces, ¿qué haces? Intentas hacer lo mismo que años atrás, haces un par de series. ¿Y después? Un par más. Te sientes mucho mejor, así que haces más. Después te quejas con tu familia dos semanas de lo dolorido que estás.
03:43 (Risas)
03:44
Mi equipo lo dio todo y ganamos, triunfamos, y los siguientes tres días no pude estirar los brazos, lo cual no es gran cosa, a menos que estés en silla de ruedas. y, de hecho, los necesitas para desplazarte. Y esa resultó ser una gran lección para mí. Había una cosa que no pude comparar yo conmigo mismo pero incluso con personas en mi misma situación en aquel hospital, me di cuenta que tampoco podía mantener el ritmo yendo a la par con ellos. Y solo tenia una opción y era enfocarme en quién era en ese momento en adónde quería llegar y en quién me quería convertir.
04:18
Seis semanas; siete a ocho horas al día, eso es lo que hice. Me forjé poco a poco, y como podrán esperar, mientras te recuperas de una lesión medular, tienes días malos. Incluso tienes varios días malos seguidos. Algo que aprendí es que ‘bueno’ y ‘malo’ no tenían mucho significado, a menos de fuera consciente de mi rendimiento previo. Era cosa mía juzgar algo como malo o bueno juzgando mi situación en ese momento, y era decisión mía tachar ese día como malo. De hecho, estaba en mí poder parar o no la mala racha. Y lo que descubrí en ese tiempo lejos de casa, es que nunca tuve un mal día, a pesar de todo lo que sucedía. Definitivamente había momentos en el día que no eran tan placenteros como me habría gustado, pero no era del todo malo.
05:06
Imagino que todos han tenido una reunión que quizá no salió como esperaban, o algo salió mal de camino al trabajo, o se les quemó la cena. ¿En verdad eso arruinó por completo su día? Lo que veo en esos escenarios es que entre más rápido uno pasa página, mas fácil es abordar el problema. Y al hacer esto, se minimiza el tiempo que se pierde en esos malos ratos y ganas más tiempo para buenos momentos. Y al final, lo bueno gana a lo malo, el promedio aumenta, y así es cómo funcionan las matemáticas. No me importaba si pasaba toda la mañana batallando con mi medicación, o con la espasticidad de mis piernas en la comida. o incluso si me caía de la silla de ruedas. Pregúntenle a mi esposa, pasa seguido. Por ahí está. Solo eran pequeños momentos de mi día y pequeñas partes de mi promedio.
05:59
En los meses y años siguientes, intenté seguir abordando estas situaciones de esta forma, y sin darme cuenta, se presentaron algunos retos realmente increíbles, como completar un maratón en silla de ruedas.
06:12
Al principio del 2016, conocí a mi fisioterapeuta, y después de varias sesiones agotadoras, debió haber sentido algo, porque se acercó y me dijo, »¿Sabes?, deberías hacer medio maratón. En tu silla de ruedas. Y, por cierto, es en 10 semanas». pensé para mí, »Estas loca». No tenía un plan de entrenamiento. No tenia idea de lo rápido que debía ir o lo lejos que debía llegar. Pero me puse a trabajar, y controlé cada entrenamiento, cada día y solo quería ser mejor o más rápido que el día anterior. y finalmente había logrado un promedio de mí mismo. y traté de mejorar en relación a eso lo más que pudiera. Terminé la carrera justo a tiempo considerando mi promedio correcto, y sobre la marcha cerré la puerta a quién fui una vez. Esa persona que era antes y todo lo que pensaba que podía hacer ya no importaban en verdad. De hecho, caminar de nuevo ya no importaba. Ya no era un objetivo para mí en cuanto a lo que quería lograr. Y por cierto, chicos, Uds. son lentos al caminar. En lugares como éste, es complicado. Pienso, »Abran paso. Llevo prisa».
07:23 (Risas)
07:24
Todo lo que quería era ir rápido. E hice lo que creí necesario. Empecé a leer sobre carreras en silla de ruedas. Encontré lo mejor de lo mejor en internet, Aprendí sobre su técnica, sobre el equipo, y tuve suerte de tener un entrenador que me ofreció una forma de empezar. Después de hablar con él y de que me ayudara a ponerme eso en marcha, ya para irme, dijo, »¿Sabes?, deberías hacer el maratón 2017 de Chicago». Es el entrenador, no puedo decirle »no».
07:54
Así que con su apoyo, regresé a casa y me puse a trabajar, igual a como lo había estado haciendo. Seguí investigando, pero ya había aprendido la lección. Fui cuidadoso en no compararme con lo exitosos y rápidos que eran las personas que encontraba en internet. de haberlo hecho, es probable que no hubiera seguido con esto.
08:13
La semana de la carrera llegó, me sentía como en el primer día de universidad. Te dejan ahí, Esta toda esta gente alrededor. Conoces a muy pocos de ellos, alguien tiene el mejor estéreo y la mejor tele y son listos, atractivos, guapos. y no sabes si estás incluido, en verdad. Y de pronto alguien dice, »Eh, vamos a comer». Y de la nada, tienes un grupo de amigos y te empiezas a acoplar. Esa semana de la carrera, hubo una reunión, se llamaba The Wheelers, y había 60 sillas de ruedas en aquella sala la noche anterior a la carrera. Sin esperarlo, todas las personas sobre las que había leído estaba ahí, los mejores del mundo. Debieron ser más de 50 medallas paralímpicas en aquella sala aquel día. Me sentí muy intimidado y caí en mi trampa de compararme. Sabia que mis promedios durante mis entrenamientos estaba 90 s/km atrás que los de ellos. Y mi entrenador era al único que conocía ahí, se acercó y notó algo, creo que detectó mi ansiedad. y me invitó a comer con su equipo. así fue como pude calmarme. Pronto me di cuenta de que no les importaba mi promedio, para nada, y yo ya no pensaba en el de ellos.
09:30
Al día siguiente terminé la carrera 45 minutos después que la persona ganadora. Ya para irme, esos amigos nuevos, ahora muy cercanos, me retaron a seguir en esto y entrenar para diferentes carreras y competiciones. E hice lo que sabía hacer. Regresé a casa y me ocupé de eso.
09:48
Como podrán imaginarse, estar en una silla de ruedas, entrenando solo para un maratón en silla de ruedas, es algo muy solitario. Tengo un increible grupo de amigos que van en bici conmigo y llevan registro de mi ritmo y me ayudan. En el fondo, siguen siendo cinco a seis días por semana son de 80.4 a 96.5 km de esfuerzo, y es mucho tiempo a solas. En general, no tienes en que apoyarte más que en ti durante esos momentos. Es mi promedio, y trato de mejorar poco a poco.
10:16
Este otoño estuve en Chicago por tercera vez. Fue mi séptimo maratón, es justo como volver al último año de universidad, te apuras en ponerte al día con tus amigos y te ilusiona regresar a tus actividades. Asistí a la misma reunión introductoria y a la misma comida previa y me puse al día con esos amigos. Nos preparamos para la carrera y en la salida, mi promedio se hizo ver, y en poco tiempo alcancé a algunos de esos amigos y pude seguirles el paso y fuimos juntos. Pero no pasó mucho tiempo antes de que me desvaneciera. Simplemente sucedió. Y me encontraba solo de nuevo sin nada en qué apoyarme más que en lo que había logrado hasta entonces. Todo iba viento en popa a la mitad de la carrera y mi promedio se convirtió en uno sólido. Y no tarde mucho en adelantar a algunos de esos amigos y rebasarlos directo a la meta. Y aunque no hice un récord personal aquel día, terminé 18.64 s/km más rápido que mi tiempo anterior en Chicago y eso me puso muy contento.
11:16
Así que éste soy yo. Éste es mi promedio. En 75 días estaré en Boston por segunda vez. Me emociona mucho. Pero, toma en cuenta que esto no es solo sobre correr. Me esfuerzo mucho todos los días en ser mejor en diferentes aspectos, mejor padre, mejor esposo, mejor entrenador, en mi equipo, amigo, persona. Y les aseguro que, aun cuando lo que ven es muy obvio en cuanto a los retos que enfrento, todos aquí están enfrentando algo. Puede sea visible, puede que no, pero por favor, dense un tiempo y enfóquense en Uds. primero, y les aseguro que pueden superar esos obstáculos y empezar a lograr grandes cosas.
11:59 Gracias.
12:01 (Aplausos)

Buen Miércoles!! 🙂
Artículo Original: «To overcome challenges, stop comparing yourself to others» en TED