Vaya palabro PROCRASTINACIÓN. Suena a algún tipo de castigo corporal ¿no?
Antes de entrar en el cuerpo de lo que quiero aprender hoy, primero mejor que la defina. Cito literalmente la definición de WikiPedia:
«La procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.»
Se trata de un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico o intelectual. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro sine die idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente.
También puede ser un síntoma de algún trastorno psicológico, como depresión o TDAH.
En pocas palabras, dejar las cosas a hacer para el final.
Hace una año desconocía el término, que no la actitud. Fue haciendo un café con un muy buen compañero cuando conocí la palabra en sí. Desde mi punto de vista es un círculo vicioso de stress. Pero, ¿por qué podemos afirmar que la procrastinación literalmente nos puede matar?, veámoslo.
Ya es suficientemente perjudicial que la procrastinación nos arruine nuestro día a día laboral. Pero los efectos de esta postergación habitual nos pueden infectar también a nivel físico cómo ocurre a nivel profesional.
La procrastinación se ha relacionado con:
- Dolores de Cabeza
- Problemas Digestivos
- Constipados o Gripes
- Y cómo indica un nuevo estudio: enfermedades del corazón.
La Psicóloga Fuschia Sirois de la Unversidad de Bishop alerta sobre una conexión significativa entre el hecho de procrastinar y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares dentro de una muestra de 800 personas en Canadá y en los Estados Unidos. El hallazgo también tuvo en cuenta factores cómo la edad, la etnia y rasgos claves de la personalidad. Argumenta que una razón plausible de esta relación es que l@s procrastinador@s se enfrentan al estrés de las enfermedades del corazón de modos especialmente dañinos.
«Este estudio es el primero en testear y demostrar que el rasgo de la procrastinación sería un factor de vulnerabilidad para aquell@s que viven con una condición de salud crónica y amenazadora para la vida», concluye Sirois.
- Desacople del Comportamiento: l@s procrastinador@s responden a un problema evitándolo.
- Autoculpa: son más autocríticos y de este modo incrementan su carga de stress.
Vaya círculo vicioso. Todo apunta a daños al corazón. Aquí es donde el estudio actual de Sirois marca un claro paso adelante.
Partiendo de un grupo de volunatri@s san@s y de un grupo de voluntari@s que habían sido diagnosticad@s de hipertensión y/o enfermedades cardiovasculares. Tod@s respondieron encuestas que medían:
- Niveles de Procrastinación
- Factores de Personalidad
- Modos de Enfrentarse a las cosas
- Stress General
- Otros Comportamientos de la Salud.
Las puntuaciones de procrastinación del grupo con enfermedades cardiovasculares fueron significativamente mayores que los del grupo de personas sanas. Así mismo, la relación entre la procrastinación y los modos de afrontar las cosas -descritos más arriba- también demostraron ser más fuertes en las personas con hipertensión o con enfermedades cardiovasculares. Demostrando que ambas estrategias conducen a un incremento del stress a esas personas.
Aunque el análisis no pudo demostrar un link casual entre la procrastinación y los resultados de salud mala, estas últimas pruebas son altamente preocupantes.
Sirois sugiere algunas estrategias para reducir estos puntos dañinos de afrontar las cosas: «cuando aparece la autoculpabilidad, por ejemplo, perdónate a tí mism@ por procrastinar. Hazlo como antes mejor»
Opinión de Feel The Brain
És un hecho que la procrastinación, en mi opinión, a partir de éste artículo; se ha tratado con un poco de frivolidad. Siempre se ha relacionado con aspectos de la productividad; que, a menudo, olvidan el factor humano. La procrastinación es una enfermedad y no és suficiente para su solución aplicar técnicas de productividad como: GTD, Listas, etc..
¿Creeís que realmente hacerse una lista puede curar un rasgo que viene de la depresión o del TDAH? Os dejo la respuesta a vuestro criterio.
Quizá deberíamos encontrar un término mejor que la procrastinación para lo que es el holgazanear, manteniendo una producción más o menos constante (todos miramos nuestro correo personal en el trabajo o bien dejamos tareas tareas domésticas para ver un capítulo de nuestras series). La procrastinación, en mi opinión es un término médico.
Por cierto, holgazanear constantemente, sin producir resultados es otro tema. 😉
De todos modos, si lo que os ocurre es que queréis ser más productivos; aquí os dejo un enlace sobre algunos libros que nos pueden ayudar a serlo: «4 Productivity Books That Can Help You To Get More Done»
Buen Domingo!
Artículo Original: «Procrastnation is Literally Kiling You»en FastCoDesign.